Capítulo 62

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Sí algo tenían claro el círculo tanto el cercano como el social de Alejandro, es que cuando se junta con Juan las cosas jamás eran mínimas. Primero, porque muy pocas veces podían juntarse debido a sus respectivos negocios y la vida extravagante de Juan, y segundo, Juan es de los que le encanta las cosas pomposas, frenéticas y a Alejandro le encantaban las alocadas ideas de su amigo por lo que siempre se permitía ir hasta el final con él. Y aquello no era la exención.

Alejandro se permitió perderse en aquella alocada fiesta. Bebió alcohol hasta que su sistema se lo permitió, mantuvo cuerpos pegado a él para que le brindarán calor y nunca dijo no a nada que le propusiesen. Por primera vez se permitió probar sustancias alucionóganas que lo mantuvo despierto todo el tiempo, sonriendo y feliz, teniendo sexo, bailando, bebiendo. Ya no pensaba en nada más haya que el disfrutar el momento y dejar ir el dolor que lo consume al tener un momento de lucidez y se recordará los hubiera en su vida, por eso cayó en aquella situación y francamente el resultado no fue lo que esperaba.

En un principio pensó inequívocamente que con solo el alcohol podría olvidar pero al pasar el tiempo se dio cuenta que el efecto del alcohol no era suficiente y solo provocaban que se pusiera parlanchín y aquello lo fastidiaba. Sobretodo porque había llegado un punto en el que las personas a su alrededor le pedían a gritos o en forma violenta que dejará de hablar de Adamaris.

Era difícil no hablar de ella, no pensarla ni mucho menos fantasear con tenerla a su lado, repetirse una vez más que hubiera sido mejor casarla antes y así la tuviera junto a él, justo como están  aquellas mujeres.  Esas personas ni nadie lo entendían. Llegó un punto en que no supo cómo llego a estar encerrado en una habitación, rodeado de muchas mujeres solo recuerda el momento en que alguien le propuso realizar un trío, sonrió casi por inercia soltando una carcajada en el proceso y acepto.

Comenzaron solo tres y después más mujeres se unieron hasta que se anuló el espacio entre sus cuerpos. Otro día murio al igual que los días siguientes, pero los excesos no se detuvieron, si no que aumentaban. Una cada vez más escandalosa que las demás. Bailarinas exóticas, magos con sus respectivos animales adiestrados, un mini casino instalado en la sala, más bailarinas exóticas, mucho alcohol y drogas, estas últimas en mucha abundancia.

Debido a las constantes quejas de los residentes por los estrupicios provocados tras la fiesta el personal se vio obligado a interrumpir, estos fueron expulsados de la habitación por una turba enceguecida por el momento, en un inicio Juan no estuvo consciente de lo que ocurría pero al pasar los días y no ver al empresario por ningún lado empezó hacer consciente de la situación.

Está empeoró al momento de marcharse y darse cuenta que Alejandro seguía encerrado en la habitación sin posibilidad de sacarlo. Lo intentaron de muchas maneras, pero no lograron hacerlo salir y la factura de la deuda aumentaba al correr los minutos. La habitación era una fortaleza en la que solo se podía salir desde adentro. Juan entró en pánico al ver que la noche cayó y nadie salió, por lo que no le quedó más remedio que llamar a los padres de su amigo.

Estos, por su parte habían estado muy preocupados por la desaparición de su hijo y no dudaron en ir a socorrer a su hijo.

—Listo Señores, ya pueden pasar. Les agradecería mucho si logran sacar a todos los presentes o si no, nos tenemos que ver obligados a llamar a las autoridades.

—Muchas gracias y que vergüenza por todos los inconvenientes que han pasado. Por favor, sírvase en cobrar todos los daños. —dice Enriqueta entregándole una tarjeta de credito.

El chico agradeció y se fue rápidamente, estos entraron a la habitación encontrando de frente con una montaña de personas totalmente desnudas tirados en el suelo junto a una cantidad de botellas de alcohol y comida.  Ninguno de los dos se sorprendió ante la vista, demasiado acostumbrados ha aquellas situaciones que pensaron ya terminadas. Buscaron con la vista a Juan pero no estaba por ningún lado.

Los Cambios En El AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora