Capitulo 41 -Dos meses.

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Zayn manejo por unos cuantos kilómetros más fuera de Londres hasta detener el auto en un parque el cual estaba ordenado por varias luces navideñas, hermoso. Y por si se lo preguntan, si, hoy cumplimos dos meses. El bajo del automóvil y luego lo rodeo para ayudarme a bajarme de él. Me miro por unos segundos y luego entrelazo nuestras manos, caminamos por un camino adornado por las luces, le daban un toque realmente lindo y especial. Muchas parejas caminaban por allí riendo y abrazándose.

-¿Y esto?- pregunte mirando a mi alrededor.

-Es un parque-respondió tranquilamente, le di un pequeño golpe en el hombro y soltó una risita. – ¿Te gusta?-

-Es perfecto-

-Al igual que yo-bromeo, reí.

-Idiota-

-Soy tu idiota-beso mi mejilla.

Me tomo de la mano hasta guiarme a la entrada de una feria navideña, sonreí emocionada, di un pequeño chillido acompañado de un saltito. Amo las ferias navideñas. Zayn se acercó a un pequeño mesón a un lado de la fila para entrar a la feria, tomo el mapa entre sus manos y lo miro con interés.

-La feria se ve genial-sonrió mostrándome el mapa.

-Dios, hay una atracción en la que debes lanzar a un chico al agua lanzando una pelota hacia el botón. ¡Estamos en diciembre! Pobre chico-

-Me ofrezco a ayudar a que le de un resfriado-

-De todas formas creo que quitaron la atracción-me encogi de hombros.

La fila avanzo rápidamente, entramos a la feria, había mucha gente. Tendremos que hacer filas para subirnos a las atracciones. Primero fuimos al puesto de gorros y artesanías. Nos paramos en frente del puesto y tome un gorro azul. Se lo coloque y me miro divertido.

-Creo que se vería mejor el rojo-dije pensativa.

-O el negro-comento mirando su ropa. Su estilo de chico malo combinaba a la perfección con el gorro negro, o quizás el gris. Miré hacia los gorros y mi vista se clavó en uno de elefante, reí y lo tome entre mis manos, pero en un segundo volví a cambiar de opinión al ver uno de León.

-Con este te verías extremadamente tierno-le entregue el gorro, negó con la cabeza.

-No me pondré eso-

-Oh por favor-hice puchero, parecía no convencerlo. Me pare de puntitas y bese sus labios cortamente, reconsidero la idea.

-Bien, tu ganas-se quitó el gorro azul y lo reemplazo por el de León. Cubrí mi boca al verlo, era la cosita más tierna que había visto. Mordí mi labio inferior y sonrió. –Lo sé, soy irresistible-

-Solo un poco-saque dinero para pagar el gorro, me miro extrañado.

-Yo quiero pagarlo-

-Hay no discutas Malik-lo señale con mi dedo índice, elevo los brazos en son de paz y finalmente pague el gorro.

-Quiero ganar un peluche para ti. ¿Prueba tu fuerza o puntería?-pregunto entusiasmado, yo solo reí. Es que además de verse tierno con el gorro también causaba algo de gracia, chico malo con un gorrito de león, no se ve todos los días. -¿Te burlas de mí?-se cruzó de brazos.

-No, como crees-articule inocente. –Puntería- elegí cambiando el tema.

Ambos nos encaminamos al puesto, el señor tenía una musculosa con algo de sudor. ¿Acaso no tenía frio? ¿Cómo podía estar sudando con este frio?, en fin. Zayn pago y le dieron cinco pelotas, debía derribar las botellas. Se veía difícil, o quizás yo lo veía así porque tengo una pésima puntería.
Tomo la primera pelota y la lanzo, acertó. Segunda pelota, también acertó. Y así sucesivamente hasta llegar a la cuarta botella, la derribo en dos tiros, entonces para derribar la quinta botella no le quedaban más pelotas. Perdió.

-Deme cinco pelotas más-pidió.

-No acertaras, eres un perdedor-manifestó el dueño del puesto, lo mire mal.

-Solo deme las malditas pelotas-

Volvió a tomar las cinco pelotas y comenzó a lanzarlas, en el cuarto tiro acertó, la botella callo y choco con la quinta haciendo que esta callera también. Esta vez gano. Y a parte una pelota le sobro. El señor frunció el ceño y nos mostró fastidiosamente los peluches. Había uno de delfín, uno de oso, un duende, un león y un tigre. No le quedaban muchos peluches.

-¿Cuál quieres?-me pregunto, apunte al león. Así él tendría un gorro de león y yo un peluche. Lo observe risueña y me entrego el peluche, lo abrase fuertemente. – ¿Es válido tener celos de un León?-reí.

-¡¿Vamos por un algodón de azúcar?!-dije con emoción.

Caminamos… no, más bien, corrimos hacia el puesto de algodones de azúcar y compramos cuatro, dos para cada uno. Me encantaban tanto, casi me atragantaba con mi algodón color verde. A mí alrededor estaba la rueda gigante, la montaña rusa y la casa del terror, habían unas inmensas filas para cada atracción. La próxima semana agregarían los carritos chocones, injusticia.

-¿En qué piensas?-pregunto Zayn a mi costado.

-En que es una injusticia que no estén los carritos chocones-hable tristemente.

-La próxima semana podríamos venir con los chicos-me animo.

-¡Genial! Sería fantástico-sonreí ampliamente.

-Si-me devolvió la sonrisa. – ¿Dame un beso?-pregunto, mire mi algodón de azúcar. -¿uno pequeñito?-hizo puchero, sonreí y vote lo que me quedaba de algodón, necesitaba tener las manos vacías. Lo abrace por el cuello y jugué con su cabello. Me abrazo por la cintura atrayéndome más a él, y nos besamos, el beso era dulce y claro por el algodón de azúcar, mordió mi labio inferior y gemí levemente. “Auch” dije en un susurro, bajo sus manos de mi cintura hacia mi trasero.

-Demasiado abajo Malik- lo observe divertida.

-Te amo-volvió a besarme, ahora sabía lo que era estar en el paraíso. Dios es tan cursi estar enamorada.

-Te amo mucho más-dije entre besos.

Mi enemigo Zayn MalikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora