Epílogo

64 7 2
                                    

3 años después

30 putos minutos.

Me tenía esperando aquí desde hace media hora. Juro que como me viniera alguien con un arma por estar tanto tiempo en la calle lo iba a matar.

Finalmente vi acercarse rápidamente un descapotable rojo, mi bebé. Se paró justo al frente mio y de él salió cierta persona mostrándose temeroso, como sabía que me conocía.

-- Lo lamento amor, había tráfico en la pasarela --se excusó mientras se masajeaba el cuello de forma nerviosa.

-- ¿Media hora para pasar la pasarela? --pregunté con la ceja arqueada. Mostrando cara de enojo.

-- Bueno, los de mi clase me invitaron un par de copas de camino ¿que se le hace? No les puedo decir que no --sonreí victoriosa «Siempre funciona»-- Pero éso no es lo que importa --me acercó hacia mí y me envolvió entre sus brazos-- ¿Como te fue?

-- Pues... --me separé de él, poniéndolo nervioso-- ¡¡Tengo el empleo!!

Apenas pude terminar mi frase cuándo ya me encontraba en el aire, siendo cargada por Alexander y besándome continuamente.

-- ¡Ya basta! La gente nós mira extraño --le reclamé muriéndome de la risa mientras Alexander me bajaba, dándome la razón.

Después de dos meses de haberme graduado por fin logré conseguir empleo. Trabajaría como reportera del periódico local, se me haría muy divertido, tendría una vida muy activa. Mientras que Alexander trabajaba medio tiempo como profesor de informática «al menos usaría su talento en la computación para hacer el bien».

Sinceramente me sorprende que haya conseguido empleo tan rápido, a fin de cuentas, su arresto no fue exactamente algo"discreto", todo el mundo me preguntaba como estaba él o como me encontraba yo.

Alexander ya había sido liberado hace un año ya que se le otorgó un buen abogado. Me contó que tuvo suerte ya que fácilmente hubiera podido estar encerrado por al menos diez años, así que cada día agradezco de poder tenerlo  a mi lado.

No todos aceptaron mi relación con Alex, los primeros en reclamar fueron mis padres. Sé que con el tiempo lo tendrán que aceptar pero, por ahora duele.

Alejandra y las gemelas no dudaron ni un instante en apoyarme. Helena fue un caso aparte, quería matarme a través de la llamada de Skype cuándose enteró, pero es algo que poco a poco está aceptando. Al menos ya no insulta cada vez que escucha la voz de Alexander de fondo.

Y María...nunca supe más nada de ella, sinceramente espero que esté bien por allá en Japón, y que el destino nós vuelva a unir.

-- ¿Y como se encuentra el pequeño Alex Junior? --dijo sobando mi barriga, lo aparté de inmediato.

-- Primero, no se llamará así, y lo segundo ¡que no estoy embarazada --reclamé mostrándome lo más seria que pude, se me hizo imposible ya que a última hora se me escapó una pequeña risa-- Sabes que no tendremos hijos hasta el matrimonio.

-- En ése caso puedo esperar --dijo señalando el hermoso anillo de oro que usaba en mi dedo anular.

Nós casaríamos en Agosto, tan sólo faltan cuatro meses para ello. Estaba tan emocionada por convertirme en "La señora de Carpio", jamás le había visto tanto futuro a una relación como la mía y la de Alexander.

-- Por cierto ¿cómo sabes que será un chico? --le pregunté subiendo al auto, él me imitó.

-- Instinto paterno --contestó con orgullo. Sólo me reí, sin responder nada.

Alexander sólo se dispuso a conducir el auto con una mueca en la cara,  y yo aún muriéndome de la risa. Avanzando a nuestro nuevo hogar.

Todo era perfecto, me casaría con mi amado, tendría unos hermosos hijos, viviría como una esposa feliz y...yo...tambien. Lo siento, no puedo más.

Tú, si tú, el que está leyendo esto ¿te ha gustado tu "final feliz" verdad? Pues déjame decirte una cosa. Mientras tu disfrutas leyendo este libro, ahora mismo hay millones de niños secuestrados, muchos como tú.

¿Lo más triste? La mayoría no volverá a su casa, no volverán a saber lo que es recibir un beso de sus padres o ir a la escuela con sus amigos. Y nosotros aquí pretendiendo que éso nunca nós podría ocurrir ¿y si te dijera que la mayoría de los secuestros ocurren debido a la misma información que se le proporciona el secuestrado por Internet?

Espero que hayas disfrutado esta historia, pues su único fin ha sido que recapacites sobres tus actos en Internet, y no sólo eso, si no también en la vida diaria.

NO le confíes información personal a un extraño.

NO le ocultes información primordial a tus padres.

Y por lo que más quieras.

"No te enamores de un Stalker".

FIN.

Enamorada de un StalkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora