Capítulo 24-

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¡Último día de clases! Aún no lo podía creer, parecía ayer cuándo entré por primera vez en ése depresivo lugar, sola, sin amigos. Las cosas sí que habían cambiado mucho. Muy pronto me iré a la Universidad y tendré que comenzar de nuevo, sin mis padres, sin mi hermana...sin mis compañeros de clase.

Me encontraba hablando con María de cualquier cosa. Ya se lo que pensarán ¿Que María y yo no estábamos peleadas? Pues, cosas que pasan, no voy a dejar de hablarle por cosas cómo ésas. Aunque, no sé, ya no es lo mismo estar con María.

Mientras "hablábamos" -Porque en realidad María hablaba como una cotorra y yo ni le prestaba atención- no podía dejar de pensar en el hecho de haber besado a Fernando, fue un beso tan lindo, tan mágico, tan...perfecto.

--... y mamá dice que no habrá mesada por un mes por el alto precio del vestido ¡Pero es morado! Era lo único per pedía ¿De que color es el tuyo?

-- Ajá, estoy de acuerdo --respondí sin tener la mínima idea de lo que me hablaba.

-- ¡¡¡Vanessa!!! --gritó haciendo que me sobresaltara-- ¿Que es lo que te pasa? Ni siquiera me estás escuchando.

-- P...perdón es solo qué...--Hice una pausa ¿Realmente era correcto decirle? La miré y ésta parecía estar impaciente por escuchar --Fernando y yo nos besamos el otro día --expliqué con los ojos cerrados. Hablé tan rápido que tuve que abrir los ojos para asegurar que me había entendido.

Supongo que si me entendió, pues me miraba impresionada y con la boca abierta. Pero la impresión duró poco, de un segundo a otro comenzó a gritar de la alegría, al principio creí que se había vuelto loca pero al recordar nuevamente el beso me puse a gritar junto con ella y a dar saltitos como niñas de tercer grado a las que le acababan de dar un besito en la mejilla. Al final tuvimos que parar ya que los profesores nos miraban raro.

Me alegraba que María se sintiera bien por mí ¿¡Que más podía pedir!? Una gran amiga, las mejores notas del curso, un futuro novio...

-- ¿Que pasó después? ¿Son novios? ¿Se casarán? ¿Puedo ser la madrina de la boda?... --preguntaba María sin cesar. Tuve que callarla ya que me estaba dando dolor de cabeza.

-- No somo nada "Aún". Mi padre interrumpió antes de que pudiésemos decir algo al respecto --expliqué frustrada tan sólo pensar en éso.

-- Los padres dañando momentos desde tiempos inmemorables --añadió María en tono de burla.

Estuve a punto de realizar un comentario gracioso respecto a éso pero fui interrumpida por la campana, indicando que tocaba árte《Suerte que ya es el último día, a la campana ya se le había hecho costumbre interrumpir mis conversaciones》Yo sólo me dediqué a dar un gran suspiro y recostarme sobre la mesa de la cafetería.

-- Creo que me quedaré aquí, afin de cuentas, ya tengo mi nota definitiva, no creo que lo tomen por jubilación. --Jubilación es cuándo los chicos faltan a las clases, normalmente éso se castiga con una situación a los padres pero, como dije, no hay nada que hacer allá.

-- Yo si voy, le prometí a la profesora que la ayudaría a pegar unos carteles de fin de curso --seguido se despidió de mi y la vi alejarse hasta perderla de vista.

Seguramente era por los puntos extras, María también quedó entre las mejores del curso, y si de alguna manera sacaba un 19/20, se las arreglaba para convencer a los profesores para subir la nota.

Miré a mi alrededor, estaba prácticamente sola, salvo por un par de conserjes que ya tenían intenciones de irse. Al ser el último día, digamos que no había mucha gente, las gemelas no había venido y hasta donde yo sé Leo tampoco. Se puede decir que estaba muy...pacífico.

Cerré mis ojos un momento, pensando que sería de mi futuro ¿Estaba realmente lista para éste enorme cambio? Escuché unos pasos que hasta dónde podía entender, se dirigían hacía acá. Permanecí en la misma posición, si era un chico no tenía por que reclamarme, y si era un profesor, era el último día ¿Pensaba expulsarme?

Agudizé mi oído un segundo y me di cuenta de que eran dos personas, se les escuchaba reír y hablar. Entonces reconocí las voces. Me escondí debajo de la mesa con la suerte de que no me vieran, dispuesta a escuchar de lo que hablaban.

-- ¿Aquí no hay nadie? --preguntó Fernando viendo los alrededores.

-- Creo que no, si no ya lo hubiéramos visto -- respondió dejando de observar el alrededor como Fernan《Si tan sólo supieran》. Helena se acercó a Fernando y le tomó los hombros-- ¿Podemos terminar lo de ayer? --dijo de manera ¿Seductora?

-- Por supuesto princesa. --Fernando se le acercó y pasó lo que mas temía.

Tanto mi hermana como el chico que me gusta -O gustaba, no lo sé bien en éste momento- se hundieron en un largo beso, pero no era lindo y dulce, como me lo dio a mí, si no mas bien salvaje y apasional. No me di cuenta cuando múltiples lágrimas comenzaron a caer de mi rostro, me sentía engañada, usada, como una vieja muñeca de trapo.

Quise salir debajo de la mesa y correr, aparentemente es lo único que sé hacer en éstos últimos días, correr. No salió como quería, antes de poder salir de la mesa mi cabeza pegó con fuerza contra la parte de arriba, me dolió pero no se comparaba con el gran dolor que sentía. Al levantar la cabeza ambos tenían su vista clavada en mí, pero éso no me detuvo a seguir mi camino. Pegué la carrera de mi vida mientras sentía como alguien me seguía atrás, alguien que no tardó mucho en alcanzarme y me tomó fuerte de la muñeca.

-- Vanessa ¿Te encuentras bien? --escuché la voz de Fernan atrás de mí, no lo miraría, no, no después de lo que hizo -- Vanessa por favor, no me ignores.

-- Jugastes con mis sentimientos --fue lo único que logré decir, no quería hablar con él.

-- No jugué contigo, me gusta mucho He...

-- ¡¡¡No lo digas!!! --grité. Aún quería tener en la mente la idea de que me amaba-- ¿Entonces por qué me besaste?

-- ¿Disculpa? ¡Tu me besastes a mí!

Me congele por la respuesta ¿Yo lo había besado? Ahora que lo pienso, no recuerdo muy bien ése momento, es posible que...

-- Lo siento Vanessa...pero yo no te amo.

Enamorada de un StalkerWhere stories live. Discover now