Capítulo 32-

79 9 7
                                    

En el mundo hay siete mil millones de personas, mas de doscientos ochenta países, millones de universidades y ni se diga de habitaciones de éstas.

Pero el mundo decidió apiadarse de mí y darme la grata sorpresa de encontrarme con ellas. Mis hermanas, mis amigas, Sofía y Miranda.

Cuándo abrí la puerta ambas se encontraban organizando sus cosas, por lo que podía notar que serían mis compañeras de cuarto.《Vuelvo a comentarlo, no puedo creer de de todo el mundo, mis compañeras de habitación sean mis mejores amigas》Pero cuándo me vieron sus rostros cambiaron completamente.

Lo primero que hicieron fue mirarme como si fuera un fantasma, dos segundos después comenzaron a gritar como locas《¿A quién quiero engañar? Yo también me puse a gritar》Y por último las dos corrieron como un rayo hacía mí y me abrazaron.

-- ¡Miranda, Sofía! ¿Cómo están? ¡¡¡Cuánto tiempo!!! --exclamé emocionada.

-- ¡¡Vanessa!! ¿Que haces aquí? --preguntó Sofía que me seguía abrazando, a diferencia de Miranda que ya se había soltado, pero aún no cambiaba su sonrisa.

-- Espera ¿Tu eres nuestra nueva compañera? --preguntó ésta vez Miranda.

-- Y...yo no...Cr...creo que sí --respondí lo mas claro que pude.

Ambas permanecimos hablando por un buen rato, a fin de cuentas, creo que no me quedaría sola. Peleamos un buen rato por la litera de arriba, pero al final quedamos en que Sofía se quedaría con ella, Miranda con la litera de abajo y yo con la individual.

Las horas pasaron volando y antes de darnos cuenta ya eran las seis treinta. Debieron haber puesto los horarios hace media hora. Las tres nos arreglamos y caminamos hasta la sala principal donde se encontraban -Según las profesiones- varias carteleras.

Miranda se dirigió automáticamente a la de medicina. Pero Sofía y yo, que tomaríamos ambas la misma carrera, nos dirigimos a la de comunicación Social.

No sé exactamente cuál era el proceso de elección de lista, pero mi horario sería de lunes a jueves de 6:30 am a un 1:45 pm. En el caso de Sofia serían los mismos dias que yo pero de 2:45 pm a 8:00 pm. Y finalmente Miranda le tocó de lunes a miércoles de 8:30 am a 12:00 pm (mediodia), y los sábados de 6:00 pm a 8:00 pm.

-- No es justo, yo tengo que estudiar los sábados, suertudas --se quejó Miranda mientras nos dirigíamos de vuelta a nuestra habitación.

-- Sólo son dos horas, tampoco es para tanto, yo tengo que estudiar de noche --respondió Sofia ya cansada de las quejas de Miranda.

Una vez que volvimos a la habitación permanecimos dentro de él toda la noche, lo hicimos parecer como una pijamada. No solía hablar por teléfono con ellas, en especial con Miranda, por alguna razón siempre que llamaba era Rosa la que contestaba, y siempre me decía que Miranda se encontraba en clase de música. Pero bueno, supongo que éso se acabó.

-- Por sierto Vane --llamó mi atención Miranda-- ¿Que pasó con el chico de Internet?

-- ¿Carlos? --pregunté para asegurarme. Ambas asintieron-- Hace meses que no hablamos.

-- ¿Por qué? --preguntó ésta vez Sofía con más interés.

-- No lo sé, sólo dejamos de hablar un día --me encojí de hombros restando impotancia, además de que así cambiaría de tema más rápido.

No me gustaba tener que mentir, y mucho menos a ella que son cómo mi familia. Pero mis padres y yo concordamos en que mientra menos personas supieran que Carlos era un acosador asesino, mejor. Así que siempre que me preguntan sobre él, simplemente doy la misma y rápida respuesta.

-- Era lo mejor hermana --dijo Sofía-- prefiero que el día de tu boda, tu prometido esté en carne y hueso y no a través de una computadora.

El tema se cambió rápidamente y seguimos hablando hasta las nueve, cada quién se puso su ropa para dormir, nos despedimos y nos acostamos.

No recuerdo que me haya costado mucho dormir, tampoco recuerdo haber soñado ésa noche. Lo que si recuerdo es el típico sonido de bip bip bip, entonces supe que me aguardaban tres años de tediosas clases.

Quise apagar el reloj pero estaba al lado de Miranda así que lo hizo ella. Miré la hora y marcaban las 6:00 am, lo que significaba que mis clases de fotografía comensaba en media hora. Me levanté y comenzé a arreglarme, ninguna de mis hermanas tenían clase en éste momento así que ambas permanecieron dormidas, aunque Miranda después de apagar el despertador fue por un vaso de agua antes de seguir durmiendo.

Una vez que me vestí salí de la habitación y me dirigí a mi respectiva clase. Ahora mismo me tocaba fotografía en el aula B-12 con el profesor Junior Hernandes, según decía la cartelera que vi ayer.

Caminé por unos diez minutos y tuve que bajar unos dos pisos, la Universidad era realmente enorme. Cuándo por fin encontré en aula entré sin pensarlo. No había nadie que pudiese reconocer, exepto por un chico adelante de mí que se me hacía notablemente familiar.

Me senté unas dos mesas mas atrás con unas dos chicas que no conocía para nada. Me quedé observando al chico, ésos cabellos rubios los había visto en alguna parte, estaba segura. El chico se volteo y me vio, pareció estar igual que yo, pero parece que me reconoció porque me sonrió y me saludó.《Ésa sonrisa, la he visto en algún lado, estoy segura》Entonces supe quién era.

《No, no puede ser》Lo vuelvo comentar. Hay siete mil millones de personas en el mundo, y me encontraba a dos metros de la persona de la que más quería estar alejada en el mundo.

Ahí está él, ahí estaba Carlos.

Enamorada de un StalkerWhere stories live. Discover now