Capítulo 43- "Final"

58 6 4
                                    

Mis ojos estabas prácticamente cerrados, casi sin poder abrirlos. En mi cabeza todo ocurría una y otra vez, sin saber si pasaba antes o después. Incluso pasados varios segundos, no estaba clara de lo que acababa de ocurrir.

Escuché, un poco antes de que Paúl se acercara a mí, un horrible estruendo que se escuchó en la puerta.

Había sido derribada.

Lo siguiente que vi fue a un sujeto uniformado entrar con un arma apuntando -no sabría decir cuál- a mí y a Paúl.

Mi primera reacción fue de terror «¿cuándo se acabará esta locura?» Pero, a pesar de lo débil que me encontraba, forcé la vista para detallar a aquél hombre. Suspiré de forma exagerada, aliviada de que este infierno finalmente había acabado.

Era un policía.

Y con él entraron dos, tres, todos inmovilizado a aquel hombre corpulento. Cuándo finalmente sostuvieron a Paúl de tal forma que no podría safarze, uno de los policías se acercó a mí, desatándome.

-- Disculpa ¿tu eres Vanessa Oviedo? --preguntó el policía.

-- S...sí, soy yo --respondí balbuceando, me encontraba demaciado drogada.

-- ¡Hey chicos! Es ella.

Lo siguiente que vi fue a un chico de vestimenta normal entrar por la puerta. A pesar de que mi vista estaba borrosa, supe quién era al instante. Alexander apenas me vió corrió hacia mi, abrazándome y besándome.

-- Tenía tanto miedo --dije llorando.

-- Ya pasó, descuida --me susurró acariciándome el cabello, seguido de otro largo y tierno beso.

-- Ven, salgamos de aquí --dijo ayudándome a levantarme.

No quería soltarlo, me sentía segura junto a él. Sentía que si lo soltaba, todo sería un sueño, despertando al lado de ése asqueroso hombre.

Pero éso no ocurrió, en cambio me levanté con ayuda de Alexander y poco a poco fui saliendo de ésa endemoniada habitación, encontrándome con un largo pasillo que me conduciría a una sala de estar.

Jamás olvidaré lo que mis ojos vieron allí. Eran otras cuatro mujeres. Una que parecía estar en perfectas condiciones -ceptuando su cara hinchada de tantas lágrimas- una rubia y una pelinegra que no cargaban ropa, y tenían una sábana en su lugar. Y otra rubia -exageradamente alta- que se encontraba en horribles condiciones, tanto con moretones en todo su cuerpo como desnutrida totalmente, al punto que se le notaban los huesos en sus brazos y piernas claramente.

-- No eras la única víctima de Paúl --me susurró Alexander en el oído.

Estaba anonadada, ése tipo era un completo enfermo ¿cuánto tiempo se encontrarían éstas pobres chicas aquí? ¿quién sabe que les habrán hecho?

También pude apreciar como se llevaban a tres hombres empleados, siendo uno de ellos Paúl. Supuse que los otros dos serían como Alexander, gente que estaba dispuesta ha hacer lo que sea por dinero, y que a diferencia de él, no supieron despertar de la realidad.

-- ¡¡¡Vanessa!!! --escuché un llanto femenino, seguido de muchos gritos.

Segundo y medio después sentí un fuerte abrazo que me envolvió por completo. Era Alejandra, quién se encontraba llorando como si no me hubiera visto en años. Le devolví el abrazo como pude, llorando con ella.

-- No debí dejarte ésa vez, lo lamento, lo lamento tanto --repetía una y otra vez, aún llorando.

-- ¿Como me encontraron? --pregunté intentando calmar mis llantos.

Enamorada de un StalkerWhere stories live. Discover now