— ¡Éste brownie está increíble! — exclama por lo bajo Dinah.

— ¡Lo sé! — acompañan las demás, obteniendo mi risa.

— ¿Por qué mi vaso tiene esto? — interroga Lauren en cuanto su vista se clava sobre mí, la confusión filtrándose en mi rostro ante la ceja enarcada de la mujer antes de que Normani tome el recipiente en sus manos.

— Soy Amy, llámame — lee la frase, acompañada de un número telefónico al girarlo.

— Te lo dije — argumenta Ally entre risas.

— No tengo idea de quién es — recrimino, mi tono filtrándose en la frustración antes de alzar mis hombros. Lauren gira sus ojos, el fastidio reflejándose en su actitud en cuanto sus manos abandonan el vaso sobre el bote de basura.

— Claro — el sarcasmo destila de su voz al tomar asiento nuevamente, la confusión marcando el gesto de cada uno de los presentes.

— Al parecer eres toda una casanova, ¿no? — comenta Normani entre risas.

— ¡Miren como está! — exclama Dinah, burlándose sin piedad alguna de mi creciente sonrojo.

— Cállense, sinceramente no sé qué les sucede a las mujeres — me remuevo en mi asiento, intentando disipar el calor en mis mejillas.

— Si Camila se entera de esto, explotará en celos — comenta Ally entre risas, consiguiendo carcajadas en las demás, exceptuando a la chica de ojos verdes, quien mantiene su rígida postura sin mostrar un atisbo de gracia.

— Son insoportables — comento entre risas.

El rechinar de aquella puerta siendo abierta detiene casi de manera abrupta nuestras risas.

— Disculpe doctor, soy Dinah — dice la más alta estrechando la mano del hombre. — Ellas son Lauren y Normani, usted ya conoce a Allyson — comenta señalando respectivamente a cada una de las mujeres.

— En realidad señorita Hansen, sé quiénes son, mi hija es fanática — comenta con gracia. — Es un gusto poder conocerlas finalmente — dice, obteniendo a una enternecidas mujeres en el sitio.

— ¿Cómo está Camila, doctor? — la pregunta sale de mis labios con genuina impaciencia, pronto el atisbo de nostalgia en el rostro del hombre al mirarme me preocupa.

— Necesita descansar más, comer bien, muchas vitaminas — determinante nos observa — Debe mantener una alimentación estricta, y dentro de un mes debe venir por un chequeo — la sonrisa en el rostro del hombre ocasiona el mismo efecto en las demás mujeres que asienten, sin embargo, su explicación detona mi preocupación.

— ¿Debe regresar por un chequeo?, ¿acaso hay algo mal y no quiere decirnos? — espeto, los nervios consumiéndome mientras Lauren toma mi brazo ligeramente.

— No, no Gianna, Camila está en perfecto estado, necesita alimentarse bien y descansar correctamente — interviene rápidamente, un suspiro escapando de sus labios antes de continuar. — El estrés, agotamiento físico y mental han provocado su desmayo, pero debe asistir para rectificar que todo esté orden — revela, obteniendo mi sentimiento, los nervios disipándose ante las palabras del hombre.

— ¿Ya podemos verla? — indaga Dinah con emoción.

— Sí, pero intenten no alterar a la señorita Cabello, sigue estando un poco débil — indica, obteniendo asentimientos de vuelta.

— Doctor, ¿ella podría comer esto? — pregunto, señalando con timidez la pequeña caja en mis manos.

— Sí, pero le convendría jugo en lugar de cafeína — dice, la sugerencia del doctor detonando una fugaz idea.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora