Capítulo 14

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El brusco sonido del forcejeo en la perilla de la puerta de mi habitación provoca mi despertar, escuchando segundos después tres ligeros toques, consiguiendo que me levante con pereza dispuesta a abrir la puerta, no sin antes colocarme detrás de ésta.

— Lisa, es muy temprano — digo con fastidio, la mujer mayor sonriendo me confunde por un momento.

— Es cierto Gia, pero quieren verte — anuncia la mujer con la misma sonrisa, Camila apareciendo a su lado, dejándome helada.

— ¿Puedo pasar? — pregunta la morena señalado el interior de mi habitación con timidez, Lisa deja escapar una risa antes de desaparecer de la escena.

— Claro — digo, dejando escapar el aire retenido en mis pulmones, abriéndole paso a mi habitación mientras a paso apresurado me dirijo a la ducha después de tomar mi vestimenta fugazmente.

— Yo no puedo ducharme tan rápido, ¿cómo lo haces? — comenta la morena sentada en mi cama en cuanto salgo del cuarto de baño, mis manos sosteniendo una toalla mientras intento secar mi cabello.

— Estás aquí y no puedo dejarte tanto tiempo a solas — respondo con sinceridad, la chica enarcando una de sus cejas.

— ¿Piensas que voy a robarte? — comenta, fingiendo estar ofendida roba mi risa.

— No, eres mi visita y es descortés — respondo mirándola a través del espejo, una sonrisa dibujándose en sus labios en cuanto me giro para observarla. — Camila, lamento mucho lo que sucedió ayer — digo una vez me acerco lo suficiente, el semblante de la morena cambiando a uno indescifrable.

— Me dejaste hablando sola Gianna — dice cruzando sus brazos, un gesto de seriedad muy genuino en su mirada, sin embargo, termina cuando me ve sonreír, dejando escapar una risa.

— Lo sé, de verdad lo lamento muchísimo Camila, lamento mi actitud — continúo hablando mientras ella toma una de mis manos, dejando pequeñas caricias.

— Yo también te debo una disculpa por Shawn — dice con una mueca en su rostro, carcajeo levemente por su expresión, irguiéndose de pie segundos después, dispuesta a observar con más detalle las cosas en mi habitación.

— ¿Me perdonas si te doy bananas? — comento vacilante mientras observo a la morena ojear mi escritorio.

— Eso es jugar sucio Gianna — responde con sus ojos entornados, girando nuevamente con intenciones de tomar uno de los papeles encima del lugar.

— No deberías leer eso — menciono, mi voz temblorosa detonando la curiosidad de la morena quien con una sonrisa traviesa tomó el papel alejándose de mí en cuanto me acerqué.

— Es tarde — dice con tono burlón, acomodando sus cuerdas vocales de manera dramática antes de leer en voz alta.

— "Eres hermosa, tal como la belleza que emana ésta rosa.

Eres fuerte, como lo expresa su fachada.

Duradera, espontánea y delicada, tal y como lo es ella.

Me causas el mismo dolor, tal cual lo causan sus fuertes espinas.

Oculta en tu sombría manera de mostrar lo bella y hermosa que eres.

Causante de mis insomnios.

Responsable de la rienda suelta que les das a mis demonios.

Desatando un gran dolor desgarrador en mi alma torturada que ruega a gritos tenerte.

Así mismo, hermosa y fuerte como lo es la rosa.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora