Capítulo 13

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El nerviosismo de Camila sintiéndose en cada uno de sus poros, la manera ansiosa en que mueve sus manos y concentra su vista en ellas una vez que se posiciona a mi lado. El cólera en mi cuerpo aumentando peligrosamente en cuanto llegamos al teatro, un trayecto en el que no mencioné palabra alguna hasta notar al chico cara pálida en el mismo sitio.

— Maldita sea —

— ¿Sucede algo? — escucho la voz de Lauren, al negar a su pregunta ésta se acerca con intenciones de preguntar algo más, sin embargo, Allyson llama la atención de todas.

— Debemos alistarnos para ensayar chicas — anuncia la más baja, consiguiendo que todas la sigan hasta el escenario, tomando sus micrófonos mientras yo me dirigía a un asiento en primera fila, observando con atención a la morena de ojos chocolates que comenzaba su rutina.

En el momento en que incluyeron sillas a la coreografía Camila no despegó su vista de mí, cada movimiento y frase venía acompañada de esa intensa mirada que escondía un universo entero de pensamientos, dándole rienda suelta a mis nervios mientras notaba como mi pantalón comenzaba a estorbar. No pasó desapercibida para mí la mirada atenta por momentos de la chica de ojos esmeraldas y mis aplausos en compañía de un silbido haciendo eco por todo el lugar robaron risas de las cantantes.

Poniéndome de pie pensando en las felicitaciones que daría a las cinco chicas, tomo la chaqueta para atarla alrededor de mi cintura en un intento de ocultar la creciente erección bajo mis pantalones, dispuesta a dirigirme hasta el escenario. Sin embargo, la vista de Shawn aproximándose a Camila para dejar un beso que cualquiera pudiese malinterpretar debido al ángulo detiene mis lentos pasos, la escena privándome continuar.

Un pequeño impulso en el recóndito de mi cabeza me anima a dar algunos pasos, quería detener al chico de cara pálida, la incomodidad de Camila se sentía a millones de kilómetros, pero en su lugar di la vuelta en busca de la salida, un mensaje de texto siendo enviado a mi chofer en cuanto me encuentro en el estacionamiento.

— ¿Te irás? — escucho a mis espaldas, no necesito girar para saber que se trata de la morena, sin embargo lo hago.

— Así es — la inexpresividad presente tanto en mi rostro como mis palabras inmediatamente provocan confusión en la chica.

— ¿Pasa algo? — escucho nuevamente cuando intento tomar camino. — Por favor, quédate un rato más — pide, la tristeza presente en su voz por un momento me hace titubear.

— Debo irme — respondo simple, tajante, intentando avanzar en mi recorrido hasta la camioneta que esperaba a mi llegada.

— No entiendo tú actitud Gianna — comenta, giro para observar sus brazos cruzados y su expresión cargada de una leve molestia.

— No Camila, no pienso quedarme observando como el imbécil de tú amigo te desnuda con la mirada y pretende besarte — explotan las palabras llenas de ira, obteniendo una Camila sorprendida. — Puedes quedarte con él si así lo prefieres pero yo me iré, gracias y saludos a las chicas — sus gesto me indican que está a punto de responder algo, sin embargo, mi nombre es lo último que puede mencionar antes de subir a la camioneta, cerrando la puerta con fuerza después de escuchar a Camila repetir mi nombre un par de veces.

Horas después de haber llegado a mi casa, aún Camila ocupaba mis pensamientos, toda la situación haciéndome sentir culpable de mi mal humor y mi alto cólera al llegar e ignorar a todo aquél que me habló, incluyendo a Joseph y sus fallidos intentos de darme ánimos, a mi padre por saber qué me sucedía y el rechazo a la cena que había preparado Lisa, gran parte del tiempo transcurrido fue ocupado en mis intentos de deshacerme de la molesta sensación.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora