Capítulo 6

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Una pequeña ansiedad extra y el nerviosismo presente, una alegría arraigada en mi torrente sanguíneo me mantenía extrovertida ésta mañana, sin embargo, se vio interrumpida por la primera clase que asistiríamos, dejando un pequeño sabor de aburrimiento cuando ésta finalizó dando paso a la hora libre.

— Hola Gianna — escucho a Kyle detrás de mí en cuanto salimos.

— Hola — respondo a duras penas observando a las personas caminar.

— ¿Todo bien? — pregunta, con el ceño fruncido en confusión.

— No he visto a Allison, ¿sabes algo de ella? — pregunto a unos pasos de entrar a la cafetería.

— No, pero te avisaré si lo hago — responde con una sonrisa.

— Gracias, debo ir al baño — aviso antes de retroceder.

— ¡Te apartaré un lugar! — exclama detrás de mí por la distancia. Urgida por llegar a los cubículos de la universidad, con ambas de mis manos empujo la puerta del servicio hasta entrar en un respectivo espacio para hacer mis necesidades. Al finalizar no dudo en dirigirme al lavabo, y mientras terminaba mi tarea de aseo un extraño sonido logró llamar mi atención. En completo silencio esperaba que aquello se repitiera, y así fue, proveniente de uno de los cubículos, a paso sigiloso me acerco lentamente a la puerta. La vista que permitía la pequeña abertura en el cubículo consiguió congelar todos mis sentidos.

— Allison — un susurro sale de mis labios mientras mis pies por inercia retroceden, llamando la atención de ambos chicos que sostenían relaciones íntimas.

— Gianna, no es lo que crees, por favor — escucho la voz suplicante de Allison a mis espaldas.

— ¿Qué se supone que voy a creer? — giro mi cuerpo bruscamente, mi voz teñida de repulsión. — ¿Que pretendías jugar conmigo cuando bien tienes a éste imbécil para follar? — la ironía de mis palabras hieren a la chica de ojos grisáceos cuando más lágrimas descienden por sus mejillas.

— Ten más cuidado con lo que dices o te irá mal, estúpida — escucho el tono amenazante en la voz del castaño que se acerca peligrosamente sujetando el cuello de mi camiseta bruscamente, sin embargo, no retrocedo un solo paso. Era el mismo sujeto del día anterior.

— No tengo miedo de ti, ni de nadie — respondo, la ira corriendo a una velocidad impresionante a través de mi sistema, tomando ambos hombros del chico justo antes de alzar mi rodilla para dejar un fuerte golpe en su entrepierna. — No vuelvas a ponerme un dedo encima — advierto observando al chico que yace en el suelo sujetando desesperadamente su zona intima. Ignorando los incesantes llamados por parte de la chica que segundos antes me provocó una de mis más grandes decepciones, me dirijo a la salida del instituto, no estaba dispuesta a quedarme en el lugar, despejar mi mente era la mejor opción.

~~~

Recorriendo las calles de Miami sin rumbo específico, olvidé por un momento lo que antes había sucedido, observando cada lugar con detenimiento, sin prisas, dedicándome solo a admirar aquella ciudad llena de sorpresas. Al divisar un pequeño parque, con pasos tranquilos después de comprar una botella de agua, me dirigí al lugar que resultó ser más hermoso de lo que esperaba. Un pequeño de ojos azules captó mi atención en cuanto lo noté al borde del llanto mientras sostenía un pequeño balón en sus manos.

— Hola pequeño, ¿te perdiste? — pregunto en cuanto me arrodillo frente a él.

— Vine por esto y ahora no veo a mi mamá — apenas logra decir señalando el objeto en sus manos.

— Entonces tendremos que buscarla — digo animada robándole una tímida sonrisa.

Después de que un largo tiempo hubiese transcurrido, los nervios comenzaban a hacerse presentes, imaginando las posibles situaciones si no encontraba a la madre del pequeño, sin embargo, por fortuna unos segundos antes de que mi desesperación colapsara el niño en mi brazos grita en señal de haber visto a su madre.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora