Capítulo 4

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Exaltado. Esa es la palabra que definiría a la perfección mi despertar, una capa de sudor cubriendo mi cuerpo y el latir desenfrenado de mi corazón me hace confirmar lo realista que fue ése sueño y que probablemente estoy en un problema. Mi vista se barre por el lugar que aún continúa con algunas cosas sin empacar, mis manos palpan repetidas veces el espacio en busca de mi celular, al encontrarlo observo la hora. Once cuarenta y cinco. A contratiempo corro a la ducha y una vez lista decido bajar al comedor.

— Buenos días familia —

— Buenas noches — bromea Elizabeth mientras me acerco a Lisa.

— Buenos días cielo — dice en medio de un abrazo.

— ¿Dónde están papá y mamá? —

— Salieron por la mañana a terminar algunos preparativos del viaje — responde mi hermana, recordándome la realidad de lo que estaba sucediendo.

— De hecho no deben tardar en llegar — dice Lisa justo antes de que la puerta principal sea abierta dejando a la vista a mis padres junto a mi hermana menor.

— Hola mis amores — dice mi madre al llegar a nuestro lado.

— Hola mamá — respondemos al unísono mientras cada una le dedica un abrazo.

— Hola preciosa — digo a mi pequeña hermana quien esconde su rostro en el cuello de mi madre mientras ríe.

— ¿Qué tal, papá? — saluda Liz a nuestro padre con un choque de puños.

— Todo bien — responde animado, me acerco hasta abrazarlo. — ¿Empacaron todo? — pregunta luego de dejar un beso en mi frente.

— Casi termino — respondo una vez se rompe el gesto.

— ¿Y tú, Liz? — pregunta mi madre, ella asiente casi de manera frenética lo cual ocasiona risas en la habitación.

— La mesa está servida —

Una vez Lisa anunció el almuerzo todos nos dirigimos al comedor, mi familia hablando de cualquier tema que se les ocurriera, apenas y había probado un bocado de mi comida, el viaje y ése particular sueño tenían mis nervios de punta, cerrando la boca de mi estómago y provocándome sensaciones que nunca antes sentí.

— Gianna — llama mi madre consiguiendo sacarme de mis pensamientos.

— ¿Qué sucede? —

— No lo sé, eso mismo te pregunto — responde con seriedad, todos atentos a la conversación.

— Nada mamá, he estado distraída por el viaje — digo omitiendo la otra de las causas de mi estado retraído.

— Está bien cariño, todo saldrá bien — dice mi madre con un gesto cálido, inspirando mi confianza en aquellas palabras que pronunciaba.

Después de que mi madre anunciara que tanto Joseph como Lisa harían el viaje junto a nosotros, en mi mente se proyectaba la imagen de Lisa con algunas lágrimas de felicidad en su rostro, agradeciendo a mis padres, demostrando ése vínculo tan especial que se había creado con el paso de los años. Minutos después me encontraba en mi habitación terminando de empacar cuando ligeros toques se escuchan en la puerta de mi habitación.

— Gianna — escucho a Lisa. — Algunas personas quieren verte — dice antes de irse, dejando a la vista a cuatro chicos con sonrisas plasmadas en sus rostros.

— ¡Chicos! — exclamo abrazando a casa uno de ellos. — ¿Cómo están? — las palabras salen con genuina emoción.

— Tenemos el corazón roto — dice el chico rubio con tristeza, me acerco hasta dejar un fuerte abrazo.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora