EXTRA III

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Isabella.

2 años después...

Me encontraba recostada en el regazo de mi esposo mientras veíamos una película en la nueva sala que habíamos adaptado para ver películas.

Sinceramente aún no logro acostumbrarme a esto de ser parte de la realeza y dudo poder acostumbrarme algún día.

Alonso enredaba mechones de mi cabello en su dedo mientras ambos continuabamos con la mirada en la pantalla. No emitíamos palabra alguna excepto para cuando se requería ofender a algún personaje.

—¡Traje pastel para la futura gorda! —exclamó Jos entrando a la sala rompiendo el aura de paz y tranquilidad que Alonso y yo disfrutábamos.

—Vuelve a decirme gorda y te golpearé. —amenacé mientras me levantaba.

—Dije fu-tu-ra. No que ya estabas gorda. —aclaró dejando el pastel en la mesa de centro. —¿Cuál ven hoy? Se ve que está buena... Igual que esa chica. —rodé los ojos y volví a mi posición anterior.

Mi esposo no despegaba la vista de la televisión a pesar de que su mejor amigo no dejaba de parlotear sobre lo hermosa que era la protagonista.

—Jos... —habló Alonso por primera vez. -—Ya cállate. Intento ver la película. —Jos puso una mano en su pecho fingiendo estar dolido.

—Yo sé que muy en el fondo de tu oscuro corazón me amas, pero no quieres admitirlo. —dijo saliendo de la sala y no pude evitar reír.

Alonso tomó el control de la televisión y la apagó. Volteé a mirarlo confundida y me dedicó una media sonrisa.

—¿Ocurre algo? —cuestioné mientras me levantaba de su regazo.

—No. Bueno... Sí. —admitió y tomé sus manos. —Bella, no es que me asuste, la verdad es que me fascina la idea de tu embarazo. Pero... No sé si seré buen padre, si podré tener tiempo para nuestro pequeño. No quiero que suceda lo mismo que me pasó. —me acerqué más a él y lo abracé.

Cuando le dije que los resultados habían salido positivo se emocionó, ambos lo hicimos. Pero muy en el fondo, sabía que algo le ocurría pero no quería decirme, y esta era la razón.

—Mi padre casi no tenía tiempo para mí, convivía más con mi madre. Yo quiero ser un buen padre y estar todo el tiempo con nuestro pequeño.

—Lo serás. No importa qué tanto tiempo pases con él o ella, ten presente que te amará como tu amas a tu padre. —me dedicó media sonrisa y dio un beso en mi frente.

—Esperemos que así sea.

(...)

Con el paso de los meses Alonso se volvió más positivo con respecto a mi embarazo. Más bien, comenzó a planear lo que haría para pasar tiempo con nuestros hijos.

Y sí, son nuestros hijos porque estoy embarazada de mellizos.

Ésta panza ya está pesada.

—Te dije que serías gorda. —dijo Jos mirando mi abultado vientre, el cejón estaba "cuidando" de mí mientras Alonso salía a visitar un lugar que fue afectado con un pequeño temblor hace unos días.

—No hables, me pondrás de mal humor. —el chico arqueó una ceja. —Ojalá Bryan estuviera aquí. —mi amigo se encontraba de vacaciones en Brasil, Alonso le dio un mes para descansar y hacer lo que él quisiera y entonces decidió abandonarme en mi situación.

—Él ha de estar bailando con una brasileña, seguramente ni te extraña.

Cuenta Isabella, no recurras a la violencia. La violencia es mala.

The Prince #1 Where stories live. Discover now