The Prince #1

48. Anillo

Alonso.

—¡Anda Alonso! Debes verte bien. —decía Jos animándome a salir de la habitación ya que me estaba probando distintos trajes para usar mañana en el baile.

—Jos, aún no termino, espera. —le dije mientras terminaba de abrochar los botones de mi camisa.

—A veces siento que tienes un lado mujer. —escuché que le dijo Bryan quien también estaba afuera de la habitación junto a Jos.

—Tengo sentido de la moda que es diferente. —se quejó Jos y no pude evitar soltar una carcajada.

Salí de la habitación con un esmoquin negro complementándolo con una camisa blanca y corbata roja. Es muy simple pero me agrada.

—¿No tienes camisas de color? El blanco es aburrido. —dice Jos haciendo una mueca.

—No, y me iré con esto. Ya lo decidí. —volví a entrar a la habitación y me quité el traje poniéndome la otra ropa que traía antes.

¿Cómo lucirá Bella mañana? Apuesto a que me dejará sin respiración.

Alonso, estás siendo muy cursi.

Sacudí mi cabeza alejando todos mis pensamientos y cuando estuve vestido nuevamente salí de la habitación.

—Yo insisto en que uses una camisa de color.

(...)

Isabella.

Tomé mi bolso y me miré por última vez al espejo. Estaba a punto de ir a reunirme con Cassandra en el centro comercial para comprar nuestro vestido para el baile de mañana.

Salí de la habitación y me encontré con Bryan, Jos y Alonso quienes venían caminando.

—Buenos días, Isa. —me saludó Bryan sonriendo al igual que Jos y Alonso.

—¿Necesitas que alguien te lleve? —me preguntó Alonso cuando cerré la puerta de la habitación y comenzamos a caminar.

—Si no es mucha molestia. —respondí sonriendo y volteamos a mirar a Bryan.

—Bien, yo te llevo. —dijo mi amigo rodando los ojos, me acerqué a él y lo abracé.

(...)

Después de diez minutos ya me encontraba en el centro comercial, había recibido un mensaje de Cassandra diciendo que llegaría un poco tarde ya que el tráfico la tiene atrapada así que decidí comenzar a caminar por ahí para no aburrirme.

Por todos lados veía parejas de enamorados, caminaban tomados de la mano y uno que otro caminaban abrazados. De alguna manera esto me hacía sentir triste, me recordaba a Freddy y a mi cuando éramos felices. Un nudo se comenzó a formar en mi garganta y traté de pensar en alguna otra cosa que sacara de mi mente a Freddy.

Continué recorriendo el centro comercial hasta que llegué a una tienda de cosas de bebés.

Perfecto, lo que me faltaba.

Me llevé una mano inconscientemente a mi vientre. Me sentía vacía. Aún me sentía vacía.

Me alejé de aquel local y continué caminando hasta que me topé con Cassandra quien se dirigía a mí sonriente.

—Hola, amiga. —canturreó al llegar a mi lado y abrazarme. —¿Ya viste por cuál tienda podemos empezar? —preguntó mientras enganchaba su brazo con el mío.

—Aún no, pero supongo que tú ya tienes una en mente. —ella asintió orgullosa y en ese momento su celular emitió un sonido e inmediatamente lo sacó de su bolso, formó una pequeña sonrisa y dedujé que se trataba de Alan.