58. "Sean felices"

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Isabella.

Cuando vi a Alonso bajar las escaleras siendo acompañado por su futura esposa, sentí que algo dentro de mí se rompía.

Conectamos miradas por unos segundos hasta que yo decidí apartarla. Me alejé un poco de esa escena, me acerqué a una mesa con bocadillos y tomé uno para intentar distraerme de todo esto.

Quieres correr a sus brazos, ¿eh?

Ignoré a mi conciencia y tomé una de las copas que uno de los tantos meseros que atendía a todos los invitados ofrecía, le sonreí y solté un suspiro cuando di un trago de aquella bebida tan cara.

El micrófono emitió un sonido un tanto desagradable y me hizo dirigir la vista hacia donde se encontraba Alonso parado. En este tiempo logré conocerlo un poco mejor y sabía que se encontraba nervioso, aunque es obvio, no todos los días presentas a tu futura esposa a la comunidad.

—Les agradezco mucho que estén aquí presentes esta noche. —comenzó mientras sonreía. —Hoy es un día muy especial para mí, me es muy gratificante informarles formalmente mi compromiso. —mi corazón se apretujó cuando Alonso sonrió.

—¿Sabes si aún hay bocadillos? —susurró Jos a un lado mío haciéndome sobresaltar ya que no lo había escuchado llegar, lo ignoré y continué escuchando a Alonso.

—Natalia Mendes, ha sido la chica que logró robar mi corazón, y por esa razón he decidido unir mi vida a la suya. —los presentes comenzaron a aplaudir y después de unos segundos se detuvieron. —Me casaré con ella, con la única chica a la que quiero. —él volteo a mirarla sonriendo, ella le devolvió la sonrisa y lo único que yo quería era largarme de este lugar.

Caminé hacia donde estaba Cassandra parada, escuchando atentamente las palabras de Alonso pero cuando me vio llegar rodeo mi espalda con su brazo en forma de apoyo.

Mi amiga me conoce tan bien que sabe cuando me siento mal.

No sé por qué acepté venir, sólo soy un estorbo en este lugar y probablemente esté incomodando a Alonso. Lo correcto será que me vaya.

—Cass... —llamé a mi amiga quien inmediatamente volteó a verme. —¿Podemos irnos? —le pedí y ella me miró con el entrecejo fruncido.

—Pero si esto acaba de empezar. —excusó.

No quería continuar aquí. Había cometido la peor estupidez de mi vida.

¿Por qué no solo le confesé lo que sentía? ¿Por qué tuve que esperar hasta este momento para darme cuenta de que lo quiero?

Él estuvo ahí, dándome apoyo en todo momento. Me sentía segura sabiendo que Alonso me brindaba su apoyo cuando estaba embarazada.

—No quiero seguir aquí. —comenté sin mirarla.

Busqué a Alonso con la mirada por el inmenso salón hasta que logré dar con él, Nat estaba tomando su mano mientras platicaban con las personas quienes seguramente los felicitaban por su próxima boda.

—Bien, supongo que podemos irnos. Imagino que esto es muy incómodo para tí. —dijo mi amiga haciendo que volteara a mirarla. —Vamos, tomaremos un taxi porque dudo que el cejón quiera abandonar a esa rubia. —señaló a Jos quien platicaba coqueto con una chica rubia quien parecía no tener interés en él.

Solté una pequeña risa y seguí a Cassandra entre la multitud para lograr salir del salón.

—Espera... Necesito ir al baño, ¿podrías esperar? —suspiré y asentí, supongo que no quiero que se esté quejando todo el camino de que necesita un baño con urgencia.

The Prince #1 Where stories live. Discover now