31. "Quédate aquí"

3.3K 322 26
                                    

Isabella.

Bryan me ayudó a guardar mis maletas en la parte trasera del auto.

Las lágrimas se habían detenido y ahora sentía mis ojos hinchados, probablemente debo verme fatal.

—Entonces... ¿Sólo te dijo que te fueras porque su esposa le dijo? —preguntó mi amigo y asentí sin mirarlo, mantenía la mirada fija en la ventanilla del auto una vez que nos subimos y puso el auto en marcha.

—Yo sé que si ella no hubiera estado ahí él me hubiera apoyado. —inhalé para evitar que las lágrimas salieran nuevamente. —No sé a dónde ir. —escuché un suspiro por parte de mi amigo, y nos detuvimos en el semáforo en rojo.

—¿Qué hay de Freddy? —preguntó, sería lo más adecuado pero no quiero que piensen sus padres que me quiero aprovechar de su dinero.

—No, no creo que sea buena idea.

—Ni yo, pero creí que ibas a querer ir con él. —el semáforo se puso en verde y continuamos avanzando.

—¿Y Cassandra?

—No, su mamá me correría al saber mi condición. —hice una mueca.

Ambos nos quedamos en silencio por varios minutos hasta que Bryan habló.

—Podría dejarte mi departamento, ahora vivo en el castillo y supongo que sería un buen lugar para ti. —me quedé pensando por unos momentos, sí, talvez tenga razón.

—Suena bien. —respondí finalmente y él sonrió.

—¿Le contarás a Freddy que te han corrido? —preguntó, la verdad no había pensado en eso.

—No lo sé, no quiero que se preocupe por mí o algo parecido. —nuevamente un semáforo hizo que nos detuviéramos, Bryan soltó un suspiro y volteo a mirarme.

—Estarás bien, Isa. Tienes mi apoyo, el de Freddy y Cassandra. Estarás bien. —tomó una de mis manos dándome apoyo y sonreí como agradecimiento.

—¿Ya me podrías llevar al departamento? Me siento cansada. —él asintió pero después hizo una mueca.

—Tengo las llaves en el castillo, ¿te importaría pasar allá primero? —preguntó, no me agradaba del todo la idea pero terminé accediendo.

—Está bien. —le respondí y cambiamos el rumbo hacia el castillo.

(...)

Esta vez fue diferente, cuando ingresamos al jardín del castillo no fuimos recibidos por las personas que trabajan aquí. Solo bajamos del auto y el lugar estaba solitario.

Seguí a Bryan hacia la entrada y nos abrieron la puerta, supongo que ya me conocen puesto que no me detuvieron al entrar.

—¡No!

—¡Si! —escuché gritos provenientes de la enorme sala, éstos chicos probablemente estén jugando.

—Ya vine. —dijo Bryan ingresando a la sala y yo detrás de él, el príncipe dirigió la mirada hacia nosotros pero al verme frunció el ceño.

—¿Pasó algo? ¿No dijiste que la dejarías en su casa? —preguntó confundido, me senté en uno de los enormes y cómodos sofás y Jos se fue a sentar a mi lado.

—Ocurrió un inconveniente. —dijo Bryan, Alonso volteo a mirarme y formuló un ¿qué sucedió? con su boca, su expresión era de preocupación.

—¿Qué pasó, Bella? —preguntó ahora Jos cuando Bryan se había ido.

—No quiero abrumarlos con mis problemas personales. —respondí y ahora fue Alonso el que se levantó de su lugar para sentarse al otro lado mío.

—Te dije que tendrías mi apoyo, Bella. —pronunció cuando llegó junto a mí, sentí a Jos levantarse del sofá y seguido se fue a la cocina.

—De verdad lo agradezco, pero tú ya tienes tus propios problemas buscando a una chica y no deseo atormentarte más. —tomó una de mis manos delicadamente, mi pulso se aceleró con el contacto que hizo y deseé abofetearme por eso.

¿Qué demonios me pasa?

—No me importa que yo tenga mis propios problemas. Isabella, debido a tu condición necesitas muchos cuidados. —con cada una de sus palabras me sentía perdida en lo melodiosa que era su voz. —Cuéntame qué pasó para así poder ayudarte. —lo miré a los ojos y suspiré.

—Mi tío me ha corrido de su casa. —frunció el ceño, el nudo en mi garganta comenzaba a hacerse presente, lo único que deseaba en estos momentos era no llorar.

—Te quedarás aquí. —dijo y volteé a mirarlo confundida.

—No. Yo no puedo. —negué con la cabeza y él rodó los ojos. —Bryan dijo que me daría su departamento, ahí estaré bien. —ahora él negó con la cabeza.

—Te lo he dicho, Bella. Necesitas cuidados y aquí los tendrás. No puedes vivir sola. —en parte él tenía razón, pero yo no quiero vivir aquí, ¿qué sucedería si Freddy se entera? —¿Qué sucedería si te sientes mal? La ayuda tardaría en llegar, y aquí estarás bien.

—Las tengo, vámonos Isa. —dijo Bryan llegando a la sala.

—Se quedará aquí. —dijo el príncipe con tono autoritario, Bryan abrió los ojos sorprendido.

—De hecho esa es una buena idea. —me levanté de mi lugar al escuchar pronunciar aquellas palabras a mi amigo.

—No Bryan, no es buena idea. —él se encogió de hombros y caminó hacia mí.

—Isa, no debes estar sola. ¡Estás embarazada, santo cielo! —exclamó y Alonso asintió dándole la razón.

—Eso mismo le dije yo. —ambos se cruzaron de brazos y dirigieron la mirada a mí esperando una respuesta de mi parte.

—No, no puedo. —me crucé de brazos y ambos me veían seriamente.

—Bella, porfavor. Quédate aquí. Tendrás todo lo que necesites. —rogó el príncipe, me quedé hipnotizada por sus ojos un momento pero finalmente hablé.

—Bien. —respondí rendida, me dejé caer en el sofá y él sonrió.

(...)

Jos.

Cuando Alonso se acercó a preguntarle a Bella lo que sucedía decidí irme.

Yo nunca he estado enamorado de ella, debo admitir que es una chica realmente hermosa pero sé que a Alonso le gusta.

Conozco a la perfección a mi mejor amigo, sólo basta con darte cuenta como la mira para saber que le gusta, probablemente no esté enamorado de ella pero sé que siente atracción.

Me fui a la cocina y serví un vaso de jugo de manzana.

—¿Están solos? —preguntó Bryan cuando llegó a la cocina.

—Sí, los he dejado. —di un sorbo al jugo.

—¿Estás seguro que a él le gusta ella? —asentí inmediatamente y él hizo una mueca.

—Escucha, conozco a la perfección a Alonso y sé cuando a él le gusta algo. O bueno, al menos eso es lo que creo ya que sus ojos brillan igual al verla que cuando gana un partido en los videojuegos. —me encogí de hombros y Bryan soltó una risa.

—La traje aquí para ayudarte con tu plan. Yo ya no tengo las llaves de mi departamento y me estoy arriesgando a que Alonso no la deje estar aquí.

—Lo hará. Eso tenlo por seguro. —terminé mi jugo y lo deposité en el lava trastes.

—De acuerdo. —dijo él. —¿Por qué quieres que él esté con ella? —preguntó de repente y me volteé a mirarlo.

—¿Y por qué no? —respondí. —Alonso es un fracaso en sus citas, talvez para las chicas sea guapo pero solo eso. Las chicas lo quieren por su riqueza y poder, en cambio, Bella es diferente a todas ellas. Si fuera igual, ella ya estaría tratando de conquistarlo. —Bryan prestaba atención a cada una de mis palabras y finalmente asintió.

—Isa es buena chica, y espero que Alonso también. —y dicho esto salió de la cocina hacia la sala.

Tengo fe en mi plan. Si no falla, próximamente ellos serán los reyes de éste país.

The Prince #1 Where stories live. Discover now