27. Resultado

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Isabella.

Cuando terminó la jornada escolar ya me encontraba afuera del edificio mirando por todos lados.

En toda la mañana no había visto al príncipe y, sinceramente, estaba un poco preocupada.

Miré hacia el estacionamiento pero su auto no se encontraba ahí.

—Bien. Llegó el momento. ¡Por Dios, estoy tan nerviosa! —exclamó Cassandra cuando llegó a mi lado.

—Tranquilízate. —dije sin dejar de mirar alrededor.

—¿Buscas algo? —preguntó ella y volteé a verla.

—A Freddy. —respondí rápidamente.

Mentirosa.

—Pues mira, ahí viene. —señaló y en efecto, Freddy venía caminando con una sonrisa dibujada en el rostro.

—¿Ya nos vamos? —preguntó, volteé a mirar a Cassandra y ella asintió.

—Pero... No podemos ir en tu moto. —señaló ella y era cierto, no se puede llevar a tres personas en una motocicleta. —Tranquilos, me iré en taxi. Los veo allá. —sonrió.

Caminé hacia la motocicleta y tomé el casco, Freddy llegó y se paró frente a mí examinándome de pies a cabeza y observó mi vientre por un momento.

—¿Qué pasa? —le pregunté y soltó un suspiro para después comenzar a acercarse a mí.

—Estaba imaginando cómo te verías dentro de nueve meses. —dijo abrazándome por la cintura mientras cortaba la distancia entre nosotros.

—Aún no sabemos si estoy embarazada. —comenté y él sonrió.

—Espero que lo estés. —sonrió y yo hice una mueca.

—Claro. Como tú no vas a cargar con una enorme panza por nueve meses. —dije con expresión divertida, él soltó una pequeña risa y me dio un beso en la punta de mi nariz.

—Estaré atendiéndote todo el tiempo que sea necesario. —sonreí y lo abracé fuerte.

—Debemos irnos, es hora de saber la verdad. —dije y subí a la motocicleta, Freddy se puso su casco y subió también, me abracé a su torso y emprendimos el camino hacia el laboratorio en donde me entregarían los resultados.

(...)

Llegamos al laboratorio, bajé de la motocicleta y Freddy imitó mi acción. Sentía mis piernas temblar, era obvio que ya sabía el resultado pero no podía evitar sentirme nerviosa y ansiosa al mismo tiempo.

—¿Estás lista? —preguntó, asentí y entrelazamos nuestras manos para entrar al laboratorio en donde ya nos esperaba Cassandra.

—Ya era hora. —exclamó mientras se levantaba de la silla en la que se encontraba sentada. —Creo que estoy más ansiosa que tú, Isabella. ¡Anda! Necesito saber el resultado. —exclamó y sonreí.

—Tranquila, ya voy. —inhalé todo el aire que pude y me acerqué al escritorio del lugar en donde se encontraba la secretaria.

—Buenas tardes, ¿en qué puedo ayudarla, señorita? —preguntó mientras me dedicaba una amable sonrisa.

—Vine a recoger unos resultados. —le informé y ella asintió.

—Deme su nombre, porfavor.

—Isabella Moro. —respondí mientras tecleaba en su computadora.

—¿Una prueba de embarazo? —preguntó y asentí tímida. —Sí, ya están listos. Iré por ellos y en un momento se los entrego. —se levantó de su lugar mientras me dedicaba otra sonrisa y se fue.

Exhale y comencé a juguetear con mis manos. Como había dicho, era obvio que el resultado iba a ser positivo pero no podía evitar sentirme nerviosa.

Cassandra y Freddy estaban platicando. Mi amiga se veía preocupada, en cambio Freddy se veía ansioso. Supongo que ambos me representan en éste momento.

—Señorita Moro, aquí tengo sus resultados. —anunció la señora haciéndome sobresaltar.

—Muchas gracias. —respondí y ella sonrió.

Tomé el sobre y comencé a caminar hacia mi novio y amiga. Sentía mis piernas temblar con cada paso que daba.

Cuando llegué frente a ellos ambos se levantaron de su lugar y me veían con atención.

—¿Y bien? —preguntó Freddy.

—Aún no lo abro. —me encogí de hombros. —Quiero que los dos lo veamos. —él asintió y se puso a un lado mío, le entregué el sobre y lo abrió inmediatamente.

Cuando comenzó a desdoblar el papel sentí como si el tiempo transcurriera en cámara lenta. Puso el papel entre ambos en donde efectivamente pude leer la palabra POSITIVO.

—¿Qué dice? —preguntó curiosa Cassandra quitando el papel de las manos de Freddy.

—Seremos papás. —respondió Freddy con una sonrisa en el rostro para después darme un corto beso y abrazarme fuerte.

—Pues... ¿Felicidades? —dijo mi amiga y sólo le sonreí.

Bien, supongo que de ahora en adelante deberé cuidarme más de lo normal.

Ahora no solo cuidaré mi vida, sino también la de mi bebé. La de mi pequeño frijolito.

(...)

Alonso.

No asistí a la escuela. Ésta sería mi primera falta, y todo porque soy el príncipe.

Debía hacer papeleo y firmar papeles que autorizaran la llegada del parque de diversiones al pueblo y a algunos otro lugares.

Aún no era el rey pero sí era prácticamente el heredero y debía hacerme cargo de todo.

Aunque si no logro casarme el que hará todo esto será mi tío.

—Te ves muy estresado hoy. —dijo Jos mientras se ponía detrás de mí y masajeaba mis hombros. —¿Tienes una cita hoy, cierto?

—Así es. —respondí sin dejar de mirar a los papeles que tenía frente a mí.

—Pues ya son las tres de la tarde. Aún debes arreglarte y no creo que te de tiempo. —mi amigo comenzó a quitarme los papeles y ayudó a levantarme.

—Presiento que ésta cita va a ser un fracaso. Debo asistir a la inauguración de un juego en ese parque. —tomé mi cabeza entre las manos y Jos soltó un audible suspiro.

—Tranquilo, ahí estaremos Bryan y yo. Dándote apoyo. —sinceramente eso no me tranquilizaba. —¿Quieres que vayamos a la casa de Nat? —preguntó y asentí con la cabeza.

—Supongo que Bryan también podría ser mi chófer por un tiempo. Sólo tenemos uno en el castillo y al único que puede llevar es a mi tío. —rodé los ojos y comencé a caminar hacia mi habitación.

—Acompaña a Bryan. Explíquenle a Nat que estaré ocupado un momento durante nuestra cita. Vayan por ella a las cuatro en punto, porfavor. —Jos asintió y comenzó a caminar. —Ah, y tomen mi auto. Por favor no lo vayan a rayar. —rogué y una sonrisa traviesa se formó en el rostro de mi amigo para después irse.

Ya una vez entré a mi habitación me decidí a usar mi baño, hace tiempo que no es usado. Específicamente desde que Bella estuvo aquí.

Entré y abrí la llave del agua caliente para que comenzara a salir.

Me miré en el espejo. Tenía unas ojeras debajo de mis ojos. Supongo que son las consecuencias de asistir a la escuela y quedarme haciendo la infinidad de deberes que nos encargan.

Bajé la mirada y en el lavamanos pude ver una pulsera. Tenía el dije de una M en ella. Era hermosa.

—Probablemente sea de Bella. —me dije a mi mismo y la puse en un lugar en donde pueda verla para acordarme que debo entregársela.

Dos días sin verla.

Santo cielo, es muy raro pasar tanto tiempo sin ella.

The Prince #1 Where stories live. Discover now