19. "¿Eras tú?

3.7K 318 44
                                    

Isabella.

¿Ella me había visto con él? ¿Le habrá dicho a alguien más?

—No sé de qué hablas. —dije y ella volvió a reír.

—Te vi con él, Isabella. —me miraba fijamente y yo sólo trataba de mirarla de igual manera evitando hacer algún movimiento que me delatara.

—Los pupilentes están afectando tus ojos, deberías dejar de usarlos o te quedarás ciega. —le dije, me hice a un lado y volví a caminar hacia la casa adentrándome a ella.

Eso estuvo cerca.

(...)

Al día siguiente me preparé como de costumbre para ir a la escuela.

Odio los lunes, ¿acaso estos días no podíamos entrar por lo menos a medio día?

—Isa, apúrate. El desayuno ya está servido. —anunció mi tío después de haberle dado dos golpes a la puerta de mi habitación.

—Sí, gracias. —dije y terminé de arreglarme para después salir de mi habitación y bajar a la cocina en donde, por supuesto, ya se encontraban las dos brujas de esta casa.

—Buenos días. —saludé a mi tío dándole un beso en la mejilla, ignoré a las dos restantes y tomé asiento.

Mi tío se aclaró la garganta, volví la mirada hacia él y me hizo una seña indicándome que debía saludar a las dos brujas quienes nos ignoraban mientras se maquillaban.

—Buen día. —les dije pero me ignoraron. —No volveré a saludarlas. —le susurré a mi tío a lo que él me dio una mirada desaprobatoria.

—¿Ni aunque te diga que te llevaré a conocer a ese tal Dylan? —preguntó y abrí los ojos sorprendida.

—Bueno, ahí cambia la cosa. —mencioné y ambos reímos causando que ambas brujas nos miraran extraño.

El desayuno transcurrió en silencio y cuando todos terminamos nos levantamos cada uno a realizar lo que le hacía falta. Porque como todas las mañanas Victoria y yo nos íbamos a la escuela mientras que mi tío trabajaba y Renata vaciaba las tiendas de los centros comerciales.

—Que les vaya bien, chicas. —dijo mi tío dedicándonos a ambas una sonrisa para después subir a su auto y emprender el camino hacia su trabajo.

Comencé a caminar con dirección a la escuela alejándome de Victoria, esta vez no quería que me diera un aventón ya que probablemente se la pasaría insistiendo en que yo era la chica que estaba con el príncipe.

—¡Hey! No creas que te salvarás de mi. Te estaré vigilando, Isabella. —dijo ella cuando me alcanzó con su auto y dicho esto desapareció a toda velocidad.

Suspiré, si sigo viéndome con el príncipe sin tener algún tipo de precaución Victoria es capaz de contarle a Freddy y eso arruinaría nuestra relación.

¿Ya será hora de contarle?

—Buenos días, hermosa dama. —dijo Freddy abrazándome por detrás causando que me sobresaltara.

—Buenos días. —sonreí y continúe caminando, Freddy me alcanzó y entrelazó nuestras manos.

—Cada vez falta menos. —comentó con notable entusiasmo en su voz y a diferencia de la vez pasada, ahora sí sabía a qué se refería.

—Lo sé. —respondí mientras sonreía.

Aún no tengo su regalo, ¿qué debería darle?

—Ya tengo tu sorpresa. —realmente se le notaba entusiasmado, y Freddy tenía razón, anteriormente la que más se entusiasmaba era yo.

—No puedo esperar a saber qué es. —dije tratando de sonar feliz, la verdad es que no puedo dejar de pensar en la manera que ha cambiado nuestra relación.

Todo sucedió por culpa del príncipe. Si él no hubiera entrado a la misma escuela que yo probablemente mi relación con Freddy sería maravillosa y no tendría que mentirle.

—¿Estás bien? —me preguntó.

Oh, demonios.

—Sí. —le respondí sonriendo y me acerqué a darle un casto beso.

—No te siento igual, Isa. A ti te pasa algo y en este momento vas a decirme que es. —dijo mientras se paraba, volvió a tomar mi mano y prácticamente me arrastró hacia debajo de un árbol.

—Ya te he dicho que no tengo nada. —repetí pero él seguía sin creerme, o al menos eso noté. —Olvidemos todo esto y vayamos a la escuela. —volví a tomar su mano pero él no avanzó.

—¿Sabes? Hoy en las noticias pasaron que el príncipe estuvo con una chica en la cafetería. —me comentó sin verme a los ojos.

—¿Y eso qué importa? —pregunté, pero sabía a dónde quería llegar con eso.

—Isabella, conozco todos los conjuntos de ropa que tienes, y la ropa que llevaba la chica era igual a la tuya, ¿eras tú?

(...)

Alonso.

—Tenemos que hablar, Alonso. —dijo mi tío mientras se sentaba en la orilla de mi cama.

—¿Sobre qué? —pregunté sin dirigir la vista a él.

—Sobre el testamento, sé que debes casarte para ser rey. —esta vez sí lo miré.

—¿Qué hay con eso?

—¿De verdad quieres casarte? —preguntó.

—Debo hacerlo, por el pueblo. Ellos necesitan un rey. —él me miraba atentamente, se aclaró la garganta y habló.

—Eres muy joven para casarte y ser rey. ¿No sería mejor dejarme a mí el cargo?

—Por supuesto que no. —respondí rápidamente. —Yo soy el heredero, yo debía ascender al trono cuando tuviera edad suficiente, pero con lo acontecido debo hacerlo antes. Sé que eres parte de la familia tío, pero yo debo tomar esta responsabilidad. —argumente mientras él aún continuaba con la mirada fija en mí.

—Bien, lo comprendo. —respondió y se fue de mi habitación.

Suspiré y me dejé caer en la cama con la mirada hacia el techo, segundos después escuché la puerta abrirse nuevamente.

—¿Qué le sucede a tu tío? —preguntó Jos sentándose junto a mí.

—¿Por qué? —pregunté mientras me sentaba.

—Se veía enfadado. —comentó y yo fruncí el ceño. —Pero como sea, cuéntame que tal te fue en tu cita ayer. —cambió de tema y me levanté de la cama.

—Te lo cuento luego, debo ir a la escuela. —salí de mi habitación y bajé a la primera planta.

—¡Yo te acompaño! Sirve que veo a Bella aunque sea de reojo. —rodé los ojos y dejé que mi amigo me acompañara.

La platica con mi tío me dejó pensando. Probablemente tenga razón y sea muy joven para ser rey. Pero por otra parte ya me siento listo, no es como si viviera mi vida al máximo como los adolescentes normales de por aquí y eso lo fuera a extrañar, al contrario, mi padre me preparó desde pequeño para servir a mi pueblo y aprender a tomar decisiones que no perjudiquen en ningún aspecto al país.

Si quiero apresurarme para ser rey, debo ser rápido y buscar a la chica que necesito.

Cada vez queda menos tiempo.

The Prince #1 Where stories live. Discover now