34. "Él no era así..."

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Isabella.

Durante el almuerzo no podía dejar de ver a Alonso con Nat.

¿Acaso ya se decidió por ella?

Como si me importara.

—¿Te ocurre algo, Bella? —preguntó Freddy, arrugué el entrecejo. —¿Qué? —preguntó al notar como lo miraba.

—¿Por qué me llamas así? —pregunté, él arrugó el entrecejo y dejó caer su cuchara en el plato donde se encontraba su desayuno.

—¿No puedo llamarte así? ¿Aún te molesta que te llame de esa manera? —preguntó levantando un poco la voz. —Yo no puedo llamarte así pero el tipo de la otra vez sí, ¿no? —exclamó enojado.

—No, no es eso. Es solo que tú...

—¿¡Qué te sucede, Isabella!? —se puso de pie y la cafetería se quedó en silencio escuchando la pequeña escena que Freddy había armado.

—Siéntate, por favor. —le pedí tratando de tranquilizarlo, dirigí la mirada hacia donde estaba el príncipe y él nos miraba con el entrecejo fruncido.

—Discúlpame, Isa. —puso su cabeza entre sus manos cuando volvió a sentarse.

—Algunas veces no te reconozco Freddy. —me levanté de mi lugar dispuesta a irme de ese lugar pero Freddy me detuvo tomándome del brazo, solté un quejido ya que sentí un dolor en el lugar.

—¿Qué te pasó? —preguntó mirando mi brazo, tenía un moretón en él y entonces recordé que fue por el tío de Alonso.

—Me golpeé. Nos vemos luego. —respondí rápidamente y salí a zancadas del lugar.

Freddy nunca se había puesto así, mucho menos por algo tan insignificante como lo es el cómo me llame.

No quería continuar tomando las clases. Sentía mucho sueño y sólo deseaba dormir un rato.

Salí del edificio y pude divisar a Bryan junto a Jos recargados en el auto del príncipe. Supongo que uno de ellos puede llevarme de vuelta al castillo para que pueda descansar así que comencé a caminar hacia ellos.

—Hola. —me saludó Bryan con una sonrisa resplandeciente.

—¿Están ocupados? —pregunté tímida, ambos voltearon a verse preocupados y finalmente Bryan negó con la cabeza.

—¿Sucedió algo? —preguntó ahora Jos, estuve a punto de responderle cuando escuché que me llamaban.

—¡Isa! ¿¡Dónde estás!? ¡Quiero hablar contigo! —escuchaba a Freddy, caminé hacia un lado del auto en donde no me pudiera ver.

Escuché unos pasos acercándose y después vi a Bryan parado frente a mí.

—¿Te llevo al castillo? —preguntó, asentí inmediatamente y él abrió la puerta del copiloto para mí.

—Será mejor que yo la lleve, tú debes estar aquí por si le ocurre algo a Alonso. —comentó Jos, mi amigo volteo a mirarme.

—Quédate. —le dije y él asintió, inmediatamente Jos fue hacia el lado del piloto y se subió al auto.

Encendió el auto e inmediatamente salimos del estacionamiento de la escuela. Jos mantenía su mirada fija en la calle mientras yo jugueteaba con mis manos.

—¿Ocurrió algo? —habló después de unos minutos.

—Digamos que sí. —solté un suspiro y dirigí la mirada a él.

—¿Quieres contarme? —volteé a la ventanilla de mi lado y me quedé observando unos segundos.

—A veces no reconozco a mi novio. Él... No era así. —sentía un nudo en mi garganta, pero no quería llorar.

Cuando me dí cuenta ya habíamos llegado al castillo. Jos bajó primero y me abrió la puerta para ayudarme a bajar.

—¿Por qué decidiste irte? —preguntó mientras ambos caminábamos hacia la entrada y cuando estuvimos ahí nos abrieron la puerta.

—Él me llamó Bella, le pregunté porqué me había llamado así y se alteró diciéndome que tú me habías llamado así la vez que estuvimos en el parque. —Jos hizo una mueca y nos sentamos en el sofá una vez que llegamos a la sala.

—Vaya. —fue lo único que dijo, solté un suspiro.

—Creo que Bryan tiene razón. —mantenía la mirada en el suelo, sentí a Jos acercándose a mí y lo escuché suspirar.

—¿Sobre qué? ¿Sobre que ese chico solo te controla? Sí, tiene razón. —lo miré, él me veía seriamente y se acomodó en el sillón de manera que pudiera verme mejor.

—¿Te ha contado? —pregunté mientras tapaba mi rostro con ambas manos.

—Algo, no mucho. —se encogió de hombros. —La verdad es que no lo conozco y mucho menos sé cómo es su relación, pero si tú misma dices que ya no lo reconoces es porque algo va mal con ustedes. O con él.

Me quedé pensando unos momentos. Talvez ambos tienen razón pero... No quiero echar a perder una relación de tanto tiempo.

—No te estoy diciendo que vayas a terminar con él, aunque si puedes hazlo. —murmuró lo último y volteé a mirarlo con los ojos entrecerrados, él sonrió. —Pero, si puedes hablar con él, hazlo. —le sonreí como agradecimiento.

—Gracias, Jos. —solté un suspiro y él se levantó del sofá.

—Bien, supongo que es hora de que regrese. Alonso no tarda en salir de clases y debo regresar el auto. —dijo mientras comenzaba a caminar a la puerta. —¿Algún antojo que quieras que te traiga? —preguntó antes de salir, negué sonriendo y él asintió para después salir del castillo.

Me levanté dispuesta a buscar mi habitación. Solo espero no perderme.

Caminaba entre los grandes pasillos hasta que nuevamente me volví a topar con él tío de Alonso.

—Señorita, buenas tardes. —dijo él sonriendo mostrando su dentadura perfecta. —Creo que tuvimos un mal primer encuentro. —me mantuve callada por unos segundos en los cuales sus intensos ojos azules me miraban fijamente.

—Sí, lamento si mi presencia no le agrada yo... Puedo irme si así lo desea. —le comenté, él negó con la cabeza mientras sonreía.

—No para nada señorita. —sonrió. —Mi nombre es Ethan Villalpando. —extendió su mano como saludo y la estreche.

—Isabella Moro. —él sonrió pero no podía evitar seguir sintiéndome incómoda.

—Entonces... ¿Eres la futura esposa de mi sobrino? —preguntó, abrí mis ojos sorprendida y sentí mis mejillas calientes.

—Eh, no yo soy... Solo una amiga. —traté de sonreirle y él asintió.

—Lástima, eres muy bella. —dijo antes de comenzar a caminar dejándome ahí parada.

Continué buscando mi habitación hasta que logré dar con ella y me fui directamente a la cama. Me acosté con cuidado y acaricie mi vientre.

Me quedé pensando en Freddy. Me pareció estúpido e infantil la escena que me armó durante la hora del almuerzo. No puedo creer que hasta ese punto llegue el nivel de sus celos.

Debería hablar con él. Después de todo es el padre de mi bebé y debemos estar bien. No quiero darle a mi hijo una familia que no sea unida, quiero darle una buena vida rodeado de gente que lo ame y lo apoye. Quiero lo mejor para mi pequeño frijolito.

De un momento a otro los ojos de Alonso aparecieron en mi mente. No pude evitar sentirme incómoda ante el comentario que hizo su tío sobre nosotros. Alonso ya tiene a la persona con la que se va a casar.

Él ya tiene a su futura reina.

The Prince #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora