Entre las Cuatro Estaciones

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Es cierto cuando Elvira Sastre dice que "La primavera no quiere que los amores de invierno terminen", pero más cierto es cuando dice que "El verano ha llegado y ha arrasado con todo". Porque nosotros, cariño, fuimos invierno de diciembre donde la nieve podía caer y sentirse cálida. Me cansé de lidiar con los roces extremos de un corazón congelado, a veces duele toda la frialdad que siento en tus manos y encuentro en tus ojos, pero no te culpo, siempre pensé que podían ser pequeños retazos de lo que otoño dejó "El día que hacía mas viento que nunca."

A su vez, fue agradable sentir el "Te quiero" en cada primavera que duró ese infinito donde escribí poesía. Solías decir que yo cantaba en la madrugada y que cuando despertaba, mis labios sabían a ti. Ha sido hermoso sentirme tuya por un tiempo, sentirte mío en los problemas cotidianos que hablábamos a deshoras como perdidos, pero también sabidos que nos vamos a encontrar.

Recordarás entonces aquella noche donde dije que bailabas entre pies izquierdos y tu reías diciendo que tampoco es mi mejor vals. ¡Las fotos! Y los recuerdos... En mi mesita de noche aun guardo ese álbum que escogiste certeramente, me veo sonriente, me veo feliz. Jamás he mentido a como me he sentido contigo pero estos últimos inviernos sentí tanta falta de ti que creí que tampoco querrías saberlo.

Me gustó que arriesgaras la ausencia con tal de tenerme pero comprendí, en esa pequeña soledad, que hay cosas que no necesito realmente.
No necesito, por ejemplo, vivir primavera para saber apreciar el otoño que se ha ido y luego sentirte invierno para refugiarme en un verano solitario. Y es que aquí, no hay primavera ni otoño, tu y yo sabemos que la línea ecuatorial nos hace vivir calor y frío en un día, al mismo tiempo.

Quería decirte, también, que no necesito mas frío que el sentir de la lluvia por la tarde, ni tampoco más calor que el que me da un buen café por la madrugada. Pero no podría decir que no he amado cada viento que trajo tus palabras, o también aquellas flores que representaban una perseide.

Te quise con cada una de tus partes ¿entiendes?, incluso cuando me desarmaste para saberme en rompecabezas. Por eso se que estas estaciones podía sentirlas en un día simple contigo, o en varios días sin ti también. Pero ahora quiero saber del clima sin necesidad de sentirlo, sin que presumas armar el vuelo para luego verme caer.

Por eso aprendí de tus días de invierno que puedo hibernar y disfrutarlo, que puedo disfrutar mis nimiedades sin que las corrijas y que a la final en la nostalgia también te puedo ver y sentirte diferente. Tal vez te imagino a mi lado funcionando, como si nos entendiéramos y dijera que no amo esta soledad que me ha hecho conocerme. Ahora, que he cambiado, se que no somos tan distintos pero tampoco sentimos similares, no realmente.

El verano ya llega...

¿Cómo decirte entonces que fui tan feliz al compartir todas estas estaciones contigo? ¿Que no puedo dejar de sentir el frío cuando te vas o el calor cuando llegas? Es más de un año que traes primavera entre tus dedos y que supe acostumbrarme a sentirme frágil entre tu cuerpo. Ahora solo me queda la fragancia de las flores y tu, en cambio, estás radiante. Estas hermoso cuando pisas las estrellas agobiado de la espera y también cuando dices que se torna vana.

La gente hace cosas que no necesita realmente. Por eso viví congelando un poco algunos momentos y ahora que los vivo, te siento reflejado en ellos. ¡Tú tan poco egocéntrico! Que presumes quererme a tu manera. Prefiero quererme a mi misma, que se que es la verdadera.

Luego, tal vez un día, tal vez ahora, me despierte extrañándote considerablemente... Y luego también, con los ojos cansados te diga que quiero intentarlo realmente. ¿Pero lo haría? ¡Este año no se ha ido! Si sigues aquí a veces tocando nuestras cartas como antes. Si sigues en sí y quiero seguirte hacia esa primavera y verano donde pude conocerte.

Pero a veces, más de lo que crees, pienso que me gusta más el viento. Aquel que se lleva con el resto, lo último de estas palabras donde puedo ser feliz sin alguien, donde puedes ser feliz sin mi y yo pretendo que no lo sabía antes porque en esa sonrisa que ahora muestras, también escondes que entre todo esto, solo nosotros nos supimos querer.

Ahora en la impuntual casualidad de volvernos a ver, decido que me gusta saberte conocer y que finalmente invierno ha terminado, que ahora tal vez, me sé querer viviendo este verano solitario como lo único que necesito, como si alzara el vuelo con el miedo a las alturas y supiera con certeza que no voy a caer.

La Presunta Posibilidad de ConocernosWhere stories live. Discover now