7 Años en un Día

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Previo a darte el privilegio de que leas sin rodeos lo que alguna vez se sintió por ti, quiero recordarte que tu forma de ser especial radicaba esencialmente en que eras un imposible, y al contrario de lo que piensas, no es malo interpretar que nadie podría ser lo que tú fuiste.

Sin importar el contexto real de su historia Ella decide contarme cómo fue aquel único día que lo cambió todo y es por el simple hecho de que es el primer y último día donde Ella escribiría sobre Él, aunque finalmente no se lo entregara; así que, aquí estoy como un tercero simulando una narración que no me pertenece pero la he sentido como si la hubiera vivido una a través de Ella, así que para entendimientos, espero que así Él lo lea.

Es curioso como la vida puede ponerte a determinadas personas a través de tu trayecto implicando que dejen una huella que tal vez nunca se borre, aunque por otro lado, tal vez nunca debía estar ahí. Sin embargo es grato pensar que durante toda mi vida sentí que conocía a alguien que posiblemente jamás conoceré en realidad, pero no me arrepiento, más bien consideraría especial plasmar aquella historia del día que cambió todo.

Había una vez, Él y Ella, aunque en realidad hubo más de una vez...

Él y Ella podían tener un secreto que guardar, algo que iba más allá que una prohibición social o moral, y de esa manera decidieron darse un regalo que posiblemente durante lo que duraba-que podía ser un día o dos- se convertiría en efímero y a la vez eterno.

En un día casi cualquiera, caluroso entre pequeños inviernos, Ella decide contar a los espectadores lo especial que Él podía llegar a ser al conocerle; lamentablemente en ese contexto, Ella lo veía únicamente dos o tres veces al año a pesar de la corta distancia que ya les separaba para entonces. Ella seguramente pensaba que esas contadas ocasiones podían ser inolvidables, como aquellas donde el tiempo juega en tu contra y los recuerdos siguen vívidos pasada la medianoche; casi sentía que era especial, además de apasionante, el jugar a las escondidas para que nadie se enterara de su secreto. Algunas ocasiones, cabe decir, que Ella pensaba que era rara en su forma de quererle porque afirmaba que, aquel amor únicamente renacía en los días que podía verle o donde las conversaciones proseguían a morir lentamente. Pero esos amores de infancia no se olvidan... Sin embargo, ya no era una niña, habían pasado casi 7 años desde que Ella había posado su atención sobre Él.

Pero no todo podía ser realmente bueno, en realidad casi los 363 días restantes que no podían verse, cada uno podía seguir con su vida y entre tanto, solían coincidir en algún mensaje por la noche o una llamada lejana por algún día. Nada que comprometía, nada que marcaba, hasta que un día, no fue así.

Ella lo vio al instante, impactada, confundida para luego sumarse en profunda resignación.

Él tiene una relación.

Decía Facebook previamente. Después de todos estos años fatídicamente había llegado ese momento donde Ella sentía darse por vencida, sin información o argumento, pero ella sabía que la presunta relación implicaba que, esas "contadas ocasiones" de quererse a escondidas, podían acabar en honor a esa regla acallada de respetar la decisión de estar con otras personas cuando ni siquiera se había admitido que, de alguna manera ellos estaban juntos, así fueran horas o días. Irónicamente, Ella pensaba que no debía ser así entonces respondió intrigada sobre quién podía ser la afortunada y luego Él por un mensaje privado decidió excusarse sobre su acto sosteniendo que era por Ella.

A este juego de palabras, se sumó la desconfianza, luego la alegría y finalmente el desconcierto.

¿Estaría bien aceptar que Él haría eso por ella? ¿O sus motivos estarían escondidos detrás de otra chica cuya presencia no pertenece, pero explicaría después, la razón de esa publicación?

Ella finalmente se dejó invadir por la seguridad que Él transmitía al enviarle un mensaje donde se aludía un "Te quiero" y un "Te extraño"; era sorprendente claro, que Él de personalidad tan fría, pudiera afirmar algo así; por eso Ella asumió que era real, que podía serlo y que deseaba que lo fuera. "¿Puedes venir mañana?" Fue su respuesta casi inmediata y cuando él puso objeción Ella argumentó orgullosa que también lo extrañaba y era sumamente necesario que se vieran, así que, después de la duda intermedia entre horas y lugares, Él accedió a ir por la mañana a su casa.

Esa noche cuando finalmente Ella se fue a dormir, no podía dejar de pensar en el desafío de verlo fuera de las reuniones comunes y oficiales, incluso se sintió increíblemente nerviosa y un poco rara de no tener la presión de poder ser descubiertos; felizmente llegó a la conclusión más lógica y era que por primera vez, no se preocuparía de nada más que en estar con Él sin ocultarlo.

"Ya, ya llegué"

Esas fueron las primeras palabras puestas en la historia del día que lo cambió todo.

A partir de esto Ella salió a verle, vestida como supo olvidarse, pero de Él si que recordaba y es porque estaba vestido con esos colores que ella reconocía diariamente: Azul, Rojo y Blanco, se veía guapo con su cabello negro un poco largo y esos ojos oscuros que solían impactarle, además de su altura predominante que Ella siempre recalcaba y Él solía presumir.

Se dirigieron al bosque cerca de su casa agarrados de las manos. Nadie sabría lo que implicaba eso porque era la primera vez que se mostraban así ante el público, sin presión, además sabían que el secreto podía seguir a salvo entre esos rostros ignorantes y despreocupados y eso los ponía felices.

Al menos así lo dijo Ella y así supuso que estaría Él.

¿Y no se conocen realmente? Y es que surge esa cuestión de que después de ya 15 años de conocerse Él recién supo enterarse que Ella escribe, y después de todo Ella pensó que no sabía porque le quiso realmente si entre secretos y miedos jamás se demostraron cosas en común, además de lo que realmente les ataba y a la vez les impedía sentir lo que sentían. Ahora después de todo ¿Se podrán querer?

Ambos sonreían y bromeaban hasta el punto de surgir cosquillas y cosquilleos; entre tanto coqueteo se sumieron en peleas cariñosas de quien podía querer más o menos y luego cayeron en el césped caluroso bajo el sol a contarse sus secretos.

"Te quiero muchísimo" supo decir Él, y pensaba que nadie podría entenderlo como ella, querer de esa forma como no se debe querer; así que Ella supo corresponderle tanto, incluso más, durante ese efímero y eterno momento sellado por el primer beso que les unía, el primero de todos y del después, lo que cambió realmente su historia y la convirtió en verdadera, en lo que Ella pensaba que podría ser...

Al final sumida entre los recuerdos, lo último que Ella supo decirme es que ese beso se sentía como el beso del primer amor -asumiendo que casi lo amaba- era el primero entre sus memorias. Luego diría también que no sabía si eso significaba que lo quería o que lo supo querer.

Y en vuestra defensa al leer esto, cuando le pregunté a Él, respondió que había sido uno de los mejores días de su vida pero no pude concretar si su vida se había terminado ese día porque Él puso la relación con otra chica, dos días después.

Al final de cuentas, uno piensa que se conoce a alguien cuando la realidad puede ser muy lejana y lo que dijo Ella, pudo ser Él.

La Presunta Posibilidad de ConocernosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz