Now I know what love is (JJBA)

40. Hurt

> Dos actualizaciones al hilo como regalo de año nuevo para comenzar este 2017 con mucho Jotakak.

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Aquellos días con el mayor fueron sin duda los más bellos en mucho tiempo para Kakyoin. Tener a Jotaro a su lado después de tantos meses lejos era lo que necesitaba para volver a recuperar los ánimos de las cosas.

Incluso la despedida no fue tan triste como la primera vez.

Con la promesa que le había hecho Jotaro de ir a visitarlo todos los fines de semana, el menor no podía hacer más que sentirse sumamente feliz y ansioso por volverlo a ver el fin de semana siguiente.

(...)

~ 3 meses después ~

{Narra Jotaro}

11.30 a.m, Sydney, Australia, día miércoles.

Me desperté un poco tarde esa mañana, algo que me molestaba demasiado. Tenía muchas cosas que hacer para el centro de Investigación y no podía perder el tiempo.

Tomé una ducha rápida y desayuné algo ligero a fin de no perder mucho tiempo en esas cosas y concentrarme en mi trabajo. Quería avanzar lo más posible para viajar a Japón dentro de los próximos días, necesitaba tanto ver a Kakyoin...

Y, como si de una señal telepática se tratara, recibí una llamada en mi celular de él justo en el instante en que comencé a pensarlo.

—Kakyoin— sonreí ampliamente —¿cómo estás?

—Bien, ¿y tú? —se escuchaba contento de oír mi voz, tanto que podía imaginarlo sonreír.

—Aquí, trabajando en casa, extrañándote..

—Nghhh— sonreí, siempre que Kakyoin hacía ese pequeño ruido era señal de que estaba por sonrojarse, no me fue difícil hacerme una imagen mental de ello. —yo también te extraño... no sabes cuanto

Nos quedamos un buen rato hablando de diversas cosas. Me sorprendía la capacidad que teníamos de buscar de qué hablar, jamás habían silencios en nuestras conversaciones, aun cuando habláramos todos los días por teléfono.

—Y bueno, ahora voy en camino a la Academia judicial, finalmente sabré si podré trabajar ahí —Kakyoin me había comentado hace un tiempo que se sentía algo aburrido con lo que estaba haciendo. No quise presionarlo nuevamente con la idea de que viniera a Sydney conmigo, además, justo le surgió la oportunidad de obtener un puesto en la academia judicial a la cual se dirigía ahora. Habían realizado un concurso de meses y quedaban solo dos personas como finalistas, él y otro chico. Se veía entusiasmado con la idea de comenzar a trabajar ahí, y estaba seguro que obtendría el puesto.

—Mucho éxito, sé que lo conseguirás —dije con convicción.

—Gracias, eso espero— escuché un ruido extraño en el fondo, no pude evitar preguntar que era —es solo el ascensor, colgaré porque voy a perder la señal. Te amo, ¡suerte con tu trabajo!

Sonreí al colgar, y seguí con mi trabajo, entusiasmado por la conversación que acababa de tener. Ciertamente hablar con él me devolvía las ganas de seguir adelante, y tener en mente el hecho de que lo vería muy pronto me hacía querer terminar lo antes posible con mi trabajo.