39. Volverte a ver

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Fue ahí cuando se encontró con el más hermoso sueño que había tenido en meses. Por un momento creyó estar frente a Jotaro, quien lo observaba con muchísima ternura y lo recostaba con sumo cuidado en la cama. Aun sin darse cuenta que realmente estaba despierto, acarició su rostro con dulzura y besó sus labios, con la esperanza de volver a sentir esa calidez de hace un rato.

Y la sintió.

Jotaro comenzó a acariciar su cuerpo dado que ya estaba despierto, y no fue hasta ese entonces que Kakyoin cayó en cuenta que realmente se encontraba junto al amor de su vida.

—¡JOTARO!— exclamó sorprendido, haciendo que el mayor se alejara de él debido al sobresalto que le provocó.

—¿¡Qué pasó!? ¿¡qué tengo!?— Jotaro no sabía que Kakyoin recién comenzaba a darse cuenta de las cosas, más bien creía que había despertado en el instante en que le correspondió el beso.

—E-eres tú...— el menor balbuceaba, no podía creer que Jotaro estuviera ahí —p-pero como... ¿como es que estás aquí?

Jotaro sonrió y se acercó nuevamente a Kakyoin y lo abrazó más fuerte que nunca. Le dio un par de besos cargados de mucho amor y se dispuso a responderle.

—Después te contaré con más detalle— dijo acariciando su rostro— lo importante es que estoy aquí y que me tendrás para ti solo por 3 días.

Sin aguantarse las ganas de sentir al ojiazul, Kakyoin se abalanzó sobre su amado y lo besó con mucha pasión. No sabía que carajos hacía ahí, nisiquiera se le ocurrió que podría ser porque lo habían despedido o algo así, pero lo cierto es que estaba con él y nada más le importaba.

De inmediato aquellos besos se transformaron en algo más intenso debido a la falta que se hacían, ninguno de los dos pudo evitarlo. El mayor comenzó a acariciar el cuerpo de Kakyoin con desesperación, bajando desde su pecho hasta sus muslos, para luego desabrochar su pantalón y acariciar su miembro.

—Ah... Jojo...— Kakyoin estaba extasiado, disfrutaba cada cosa que Jotaro hacía en ese momento.

Unos instantes después en que ambos se desprendieran de sus ropas por completo, el pelirrojo sintió que su celular estaba sonando.

—Diablos, quien será— rió ante la inoportuna llamada y contestó. Era uno de los clientes que tenía, que quería saber como iba todo con su caso. —h-hola, señor Sato... ¿cómo está? —mientras Kakyoin hablaba, Jotaro continuaba su 'trabajo' y se disponía a lamer y succionar desesperadamente su miembro —s-si... t-todo va en orden con su demanda...— con la mano que tenía libre, acarició el cabello de su amado y lo acercó más a su miembro a fin de que entrara en su boca de lleno —ah... s-si, estará lista m-mañana...— sabía que no era de lo más correcto hablar por teléfono con un cliente en esas condiciones, pero simplemente no se podía resistir al mayor —l-le parece s-si lo l-llamo luego... yo... nghh... e-estoy algo oc-ocupado ahora...

Sin esperar respuesta por parte de la otra línea, el menor colgó la llamada, apagó su celular y lo arrojó lejos de la cama. No quería más interrupciones por un largo rato.

—M-me voy a quedar sin clientes por tu culpa— decía entre risas Kakyoin, al tiempo que se subía sobre Jotaro y entraba en él rápidamente.

—T-tu.... n-no me p-pediste que p-parara— si bien era común que fuera Jotaro quien dominara la situación, le fascinaba cuando era Kakyoin quien tomaba el control de las cosas. En un principio le costó aceptarlo, pero no podía mentir: era algo que lo excitaba en demasía.

—Lo siento, no puedo permitirme perder el tiempo— decía esto entre desesperados gemidos, el interior de Jotaro lo aprisionaba bastante y eso lo hacía querer acabar cuanto antes en su interior, ello sumado a la falta que le hacía no tenerlo a su lado por tanto tiempo como el que habían pasado lejos el uno del otro.

Now I know what love is (JJBA)Where stories live. Discover now