All I Wanted ➳ NejiTen

• My son • 30

—No puedo creer que ese imbécil esté metido. ¿Sigues sin sospechar de tus jodidos jefes, Tenten? ¿Es que eres ciega? —suspiró tomando su cuello, mientras caminábamos derecho al centro comercial—¿Sabes qué? Las mujeres son... Tengo demasiada pereza como para lidiar contigo, tú decides lo que quieras creer o no.

Escuché sus palabras, sí. Pero no tenía cabeza para nada; después de que Hyorin, una chica coreana que entró al mismo tiempo que yo en la firma de abogados y con quien me llevo bien, nos ayudara a distraer el imbécil de las cámaras de seguridad, nos colamos y devolvimos las grabaciones hasta antes del día que comenzara a tomar el caso de Neji.

Y una mierda. Se habían llevado la cinta de ese día, pero el muy imbécil no había pensado en la posibilidad de que el vigilante tuviera anotado en un papel "El señor Kiba Inuzuka tiene bajo su poder la grabación faltante. No preocuparse, al parecer no es nada importante"

¿Qué clase de tarados contratan en estos días?

—Entiendo que esto es algo... Terrible. Pero no comprendo por qué te ves tan afectado, Shikamaru. —susurré ya cuando me sentaba en una banca, no sin antes, hakear o algo así el sistema con la gran inteligencia que se gasta Shikamaru y hacer como si él nunca hubiese estado en ese lugar.

No importaba quienes lo vieran, con tal de que no fueran Hana, Tsume o... Kiba.

—Menos mal que no soy detective, porque o sino estaría en la miseria completa.

Shikamaru asintió.

—Eso si lo tengo más que claro, ¿a qué viene eso?

—Kiba fue el que me incentivó a tomar el caso de Neji. Bueno, tampoco es que me lo haya dicho directamente, pero lo interpreté de ese modo cuando él me aconsejó que tenía que impresionar a Hana tomando casos fuertes, que dejaran mi nombre en alto. Y justo ese día nos presentaron el caso de Hyūga... Ay soy una estúpida. Yo sí veía que él estaba cerca de mí, más de lo normal, pero...

—Kiba me decepciona demasiado. Yo confiaba en él. Maldita sea. —de repente soltó Shikamaru y yo me quedé mirándolo con atención. En verdad estaba afectado— Éramos compañeros de clase y yo... Tuve problemas hormonales, Ino era muy cercana a él y Tenten.

—¿Sí?

De repente un niño se prendió a mi pierna, yo bajé la mirada y no pude estar más feliz.

—Sasori mi bebé. —lo levanté sonriendo. El niño de cuatro años se reía mientras yo bailaba con él en el aire hasta que me percaté de que mi hermana no estaba con él—. ¿Y tu tía?

—No-no shé, amá. Te extrañé muuucho muuuucho —dijo en un susurró cuando nos encontramos con Shikamaru quien me miraba con los ojos abiertos de par en par. El niño se refugió en mi pecho mientras yo sonreía levemente.

Mierda.

—No lo mal interpretes... Él es el niño de una compañera de universidad que era muy amiga mía, pero... Lastimosamente mu-murió y dejó atestiguado antes al niño bajo mi custodia. Sus padres eran una total porquería, ni siquiera preguntaron por él... Y bueno yo lastimosamente no podía tenerlo, mi vida hasta ahora estaba empezando, en cambio mi hermana no puede tener hijos con su esposo, así que ella... Simplemente se lo quedó. Sin embargo, Sasori presiente algo —acerqué mi nariz a la suya y sus carcajadas inundaron el ambiente—. Ya que a pesar que mi hermana lo ha cuidado desde los dos años, él sabe que soy su má, ¿no es verdad amor mío?

El niño seguía escondido y de vez en cuando miraba a Shikamaru.

—Shí, amá solo mía.

Sonreí. Sasori era lo más preciado para mí.

—Dis-disculpa, ¿cuál es el nombre completo de Sasori?

—Akasuna Sasori, ¿por qué?

El niño ya comenzaba a jugar con mi cabello. Sus ojitos me miraban con un brillo especial y yo me derretía de amor.

—Oh... A su madre la mataron porque su suegra no quería tener un nuevo miembro en la familia, ¿no es así? Lo recuerdo perfectamente. Fue el primer caso que resolví en conjunto con Temari, o por lo menos el primero legal. El nombre del niño se me hacía bastante familiar.

Sonreí melancólica.

—Lo que para ti fue lindo, para mí fue un total infierno. Eso de perder una amiga de la infancia... —besé la frente de Sasori—. Yo no dejé que el imbécil de su padre se acercara, sé que no tengo derecho, pero eso fue algo que me imploró Mariko antes de... Ella ya lo presentía, estoy segura.

—Sí, recuerdo eso... Lo lamento, la verdad.

Sasori seguía prendido a mi pecho aunque su respiración era tranquila y con sus pequeños dedos dibujaba círculos en mi clavícula.

Si algo le pasaba a este niño, yo me moría.

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Amors.