• Silence • 08

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Cada pétalo de los girasoles que ella me regaló, emanaba un cálido polvo cuando el sol les tocaba con sus tenues rayos, eran lo único hermoso en esta basta soledad.

—¿Qué piensas hacer con aquella juventud que posees? —me preguntó el nuevo oficial Rock Lee, observando directamente a las flores—. Ella tiene buenas intenciones, y lo sabes, tan solo es que está muy agobiada.

Comencé a apretar mis puños con la mirada gacha.

—Ya me ilusionó una vez, no quiero que lo haga de nuevo —admití cansado, sin ganas de ser igual de frío que siempre.

Cada vez que veía un barrote en la celda me recordaba: "Eso aquí, no sirve de nada."

—Pero...

—Es muy estúpido... Todo lo que me ha sucedido... Y ni siquiera puedo hacer llamadas. —comenté con la cabeza hecha un lío. No puedo recordar su rostro, no puedo.

—¿Sabes que lo que cometieron contigo es ilegal, cierto?

Yo levanté mi mirada incrédula hacia sus cejas pobladas.

—Sé muchas cosas, sin embargo, no puedo hablar porque hay alguien afuera que quiere que me hunda, que quería la muerte de Hiashi y que está engañando a todos.

Lee comenzó a caminar de un lado a otro haciendo de sus labios una fina línea, posiblemente estaba conmovido con mi historia.

—Pero... —repitió.

—Además nadie me cree, ni siquiera usted lo hace. —agregué con frío en mi voz.

Lo sabía, en este lugar, a parte de la oficial No Sabaku, todos los vigilantes me tienen un absurdo miedo. No me creen y tal vez nunca lo hagan.

—Puedo... ayudar. —habló después de un silencio algo dramático.

—Hmp, ¿cómo? —me burle frívolamente. Este oficial era un tarado de primera, no obstante, era divertido ver cómo tragaba saliva cada vez que yo decía alguna cosa o hacia un movimiento brusco.

Él empezó a sacar unas llaves de su bolsillo, mientras que con la otra, desprendía de su cinturón las únicas esposas que tenía.

—Vamos. —Ordenó en un pobre intento de sonar autoritario.

Abrió la puerta y yo me giré un poco contrariado mientras Lee colocaba las esposas en mis muñecas. Me dio un empujón para que caminara y mi cuerpo empezó a temblar como gelatina cada que daba un paso.

En la primera celda por la que pasamos, había tres hombres que se quedaron observándonos fijamente.

—¡Desagradecido Hyūga! —gritó uno de ellos haciendo que se me congelara la sangre.

¿Yo un qué...?

—Aquí, rápido. Y no les pongas cuidado. —dijo llevándome por un pasillo blancuzco.

Era un teléfono.

Pero no sabía su número.

—Tus ojos miedosos están para morirse. —se burló Temari acercándose a mí—. El genio Hyūga al parecer no es de todo un genio... Toma.

Nunca supe cómo fue que consiguió aquello, pero siempre estaré completamente agradecido.

Mientras hablé por primera vez con ella, pude notar que su voz era alegre y suave.

Pero algo que me dolió, fue que en su voz denotaba miedo.

Al final quedamos que nos veríamos mañana.

Moriría, eso era seguro.

Cuando regresé a mi celda, todos mi alrededor ostentaba muchas más claridad, armonía. Y los girasoles marcados con un exquisito labial rojo me recordaron la vaga esperanza que tuve hace solo unos pocos días.

Ahora el nombre de Tenten Ama no se escuchaba tan feo, hasta me atreví a pronunciarlo lentamente disfrutando apetitosamente cada letra, vocal, y sonido.

¿Qué era lo que me estaba sucediendo?

—Ten en cuenta, que la visita dura tan solo media hora. —dijo Lee dejándome en un total silencio.

Un precioso silencio.

Y sin embargo, no podía dejarse pensar en las palabras "Desagradecido"

Y sin embargo, no podía dejarse pensar en las palabras "Desagradecido"

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¡Ay mi Dios! Ahora se viene una grande. Buajajajaja, por fin se encontrarán. Y también comenzarán a aparecer los posibles sospechosos de que nuestro Hyūga esté en la cárcel.

Se les quierechaos...

All I Wanted ➳ NejiTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora