• His dream • 06

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Cómo extrañaba el café.

Las costillas las tenía tan frías, y me pesaban bastante los ojos. Los labios me temblaban y no dejaba de sollozar sin que me saliera siquiera una lágrima.

Malditas ilusiones, maldita ella, maldito el mundo.

Tocaba mis pómulos mucho más delgados que antes y las bolsas inflamadas debajo de mis ojos que formaban las ojeras.

Sabía que esto, todo, estaba en contra de la ley. No me han mostrado ninguna orden de captura, y mucho menos han llamado a un abogado.

Bueno, al menos que se trate de ella.

Me dio tanta rabia recordarla, que mi puño viajó automáticamente hacia la pared aumentando el dolor en todo mi cuerpo.

—¡¿Qué está pasando aquí?! —gruñó una voz ya bastante familiar para mí.

—Nada, no sucede nada... Desgraciadamente. —contesté dándome la vuelta para observar como se movía su boca seca gracias al tabaco.

—Te buscan.

El estomago se me revolvió y de un momento a otro el aire se volvió más denso.

—¿Quién? —pregunté con el sabor de la bilis en mi lengua.

La oficial No Sabaku sonrió de lado. Esta mujer era realmente hermosa. Para estar en un traje de oficial, y en medio de toda esta neblina oscura que emanaba un intenso aroma de sangre y muerte, se veía preciosa con esos ojos azules decorados por una pincelada verdosa.

—Una mujer de cabello castaño... No recuerdo su nombre. —murmuró intentando recordar su imagen.

No la conocía, pero ya sabía quién era. O bueno lo suponía.

La rabia por un momento olvidada, volvió a mí. ¿Por qué ahora sí había venido esa estúpida? ¿Acaso cree que la volveré a recibir con una sonrisa? Además, ¿quién me garantiza que no me va a volver a fallar de nuevo?

—Qué se vaya. —mascullé dándole la espalda a la oficial y caminando hacia la cama.

—¿Seguro? Es una principiante, se le nota bastante... Porque me tiene miedo —se burló.

—Qué se vaya. —volví a repetir crispando mis puños.

—Bien —bufó alejándose.

De un momento a otro me invadió una horrenda hambre. Tanta, que el sonido de mi estomago me asustaba.
Nunca, en todo lo que llevo de esta prisión, he ido a comer con los demás presos. De vez en cuando escucho como gritan los que se encuentran en celdas contiguas a la mía. Sueltan improperios a diestra y siniestra, maldicen a el mundo como si fuera el culpable de sus fallas.
Mi oído está más agudo que nunca, cada vez que pasa un preso intento girarme y no verle a la cara, porque sé que aquí soy una presa muy vulnerable.

Sin embargo, esta vez fue de nuevo la oficial No Sabaku quien golpeó los barrotes de mi celda y me sorprendió con un regalo precioso.

—Se supone que no podemos hacer este tipo de favores, pero me daba pena la pobre mujer —rió nuevamente y me entregó uno bellos girasoles—. Ella mandó esto, y dice que lo volverá a intentar mañana.

No pude evitar sonreír. ¿Cómo era que se había dado cuenta que estas son mis flores favoritas?

Me sorprendes, Tenten Ama.

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All I Wanted ➳ NejiTenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora