— Gracias por esto Camz — digo sincera, obteniendo una sonrisa de su parte.

— No fue nada — responde, dejando un beso en mi mejilla ahora sonrojada.

— ¿Cómo amaneciste? — pregunto con interés, antes de dar otro bocado a mi tostada.

— Muy bien, ¿y tú? —

— Me alegra, yo excelente — respondo, otro bocado de tostada yendo a mi boca.

— De eso no hay duda — comenta repentinamente, un atisbo de gracia adornando sus palabras, una repentina picardía abordando su mirada. Confundida por la actitud de la morena, me toma unos segundos responder.

— ¿A qué te refieres? — indago, una mezcla tímida y temerosa en mis gestos. El último trago de jugo atravesando mi garganta.

— Nada, cosas mías — aclara con una sonrisa en sus labios. Mi confusa expresión causando una leve risa en la morena. — ¿Quieres ver una película? — propone sosiega, girando casi de manera inmaculada el rumbo de nuestra conversación.

— Sí, claro — contesto, ligeramente aturdida por su cambio repentino de actitud. Una sonrisa de su parte bastó para dirigirme nuevamente a su habitación, el trayecto convirtiéndose en una completa pesadilla gracias a mis patéticos intentos en ocultar el protuberante bulto en mi prenda inferior.

Camila observándome detenidamente al ejecutar mis peculiares movimientos resultaba el detonante adrenalínico en mi sistema, obteniendo sonrisas cargadas de nervios en respuesta.

— ¿Cuál te gustaría ver? — ofrece la morena una vez enciende el televisor, mientras de espaldas a ella tomo algunas cobijas y almohadas.

— La que tú quieras — digo en cuanto volteo, una mirada asesina atravesándome mientras acomodo de manera casi simétrica una colcha improvisada al pie de la cama. Río levemente al notar los entornados ojos chocolates inspeccionando. — No sé amor, la que desees — añado nuevamente, tomando asiento en el cómodo sitio que elaboré.

El sonrojo que ataca brutalmente a la morena me hace reconocer el reciente apodo que he aplicado. Hermosa, así se veía Camila.

— Acabas de decirme amor — musita, una vez toma asiento junto a mí después de seleccionar entre la lista el título: Deadpool, observo fijamente sus ojos, asintiendo.

— Eres mi novia — confirmo aquél hecho, acercándome hasta dejar un beso en sus labios que ella se encargó de intensificar hasta donde permití. Una curiosa mirada interrogándome en cuanto nos separamos, mi vista haciendo caso omiso en cuanto me dispongo a disfrutar de su reciente elección.

Durante mucho tiempo pude notar que un extraño nerviosismo abordaba a la chica de ojos chocolates, sus manos inquietas y algunos gestos indecisos la acompañaban antes de dejar leves caricias en mi cuello. Los nervios corriendo en mi sistema a una velocidad impresionante con cada pequeño roce de la morena en los delgados vellos de mi nuca.

Observando la película por más de hora y media, entre genuinas carcajadas nos acercábamos al final. Mi concentración jamás habría fallado en la entretenida trama de no ser por una inquieta mujer de ojos chocolates.

Los pequeños besos húmedos en mi cuello conseguían ponerme la piel de gallina.

— Camz — el susurro proveniente de mis labios es más una pedida de auxilio a quien pudiera lograrme escabullir de la situación que cualquier otra cosa. — ¿Qué haces? — cuestiono con dificultad en cuanto logro obtener su atención, mi voz ronca alertando sus sentidos al observar fijamente sus labios.

— Quiero ver algo — responde contundente, impidiéndome la oportunidad de protestar en cuanto devora mis labios en un feroz beso, lleno de pasión. Un torbellino de sentimientos me atacan en tan solo un segundo, el pánico presente en todo mi cuerpo al imaginar un posible accidente con la castaña, intento detenerme, pero el deseo de responder a sus caricias me es más fuerte.

Jugadas Del Destino © | Camila CabelloWhere stories live. Discover now