Capítulo 24: Miedos.

1.4K 241 91
                                    



Lachlan me ha invitado a su casa y me siento sumamente emocionada porque iremos a cenar en compañía de su tío. Lo conoceré un poco más y eso me entusiasma.

Cada vez que encuentro algo nuevo en él, me gusta más.

¿Estoy obsesionada con Lachlan?

Quizá.

Es adictivo.

Es diferente.

Es impresionante y único.

Cada cosa que hace, cada cosa que dice...

Simplemente me encanta.

Todo en mi cabeza se mantiene en un perfecto estado de impaciente emoción, hasta que una llamada de Eleonora entra a mi teléfono celular.

—Lo estoy viendo.

—Ajá... ¿de qué hablas? —pregunto.

—¡Lachlan! Lo estoy viendo. De nuevo está hablando con esa miss universo.

Siento un pinchazo en mi corazón.

—¿Solo hablan? —pregunto.

—Sí, solo eso. No veo indicios de algo más, pero están juntos y eso es lo que me preocupa. ¿Te ha dicho algo sobre estos encuentros?

—No me ha dicho nada, pero quizá tiene asuntos pendientes con ella, es decir, estuvieron juntos mucho tiempo y...

—No te confíes, amiga. Yo pienso que sí oculta algo, de lo contrario, ya te hubiera comentado que la está frecuentando. Yo, tu amiga del alma, simplemente lo he visto dos veces, pero, ¿en realidad cuántas han sido? Esto es en público y frente a mí, ¿cuántas veces se han encontrado en lo privado? Son muchas dudas y algo no encaja.

—Ely, no me hagas esto ahora, por favor —ruego acongojada.

—Amiga, te estoy salvando el culo. Créeme que la única que me importa, eres tú.

Gruño hacia el cielo, dejándome caer sobre el sillón rosa de mi habitación.

—Confío en Lachlan —aseguro titubeante.

—Está bien, yo cumplo mi parte con avisarte. Te amo y realmente espero que no sea nada.

—Gracias, amiga.

—Admiro tu valentía y tu gran capacidad de confianza. Yo estaría loca en tu lugar, enfrentándolo como una fiera desquiciada.

—A veces las cosas pasan por algo.

—Bueno, continúa arreglándote para tu cita con el impostor.

—No es un Among us, Ely. No lo llames así.

—Te amo, byeeeee.

Demonios.

Detesto esto.

Odio cómo la semilla de la duda se siembra en mí, pero la dejo así tal cual: enterrada.

Está decidido, esta noche la disfrutaré.

No puedo estar a merced de los demás. Si Lachlan o cualquier otra persona decide lastimarme, está en ellos y no en mí. No puedo amargarme la existencia por algo que no queda en mis manos, así que intentaré aventarlo en uno de los cajones más escondidos de mi conciencia y disfrutar el momento, porque para eso estamos en el mundo, para aprovechar cada instante.

*

Me abre la puerta de su auto y eso me gusta, pues recuerdo que al principio no había esperanzas de que lo hiciera y ahora nace de él, sin yo habérselo pedido alguna vez. Esa es la mejor parte.

POR FA, ¡NO TE VAYAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora