Capítulo 10: Ese vestido rojo.

1.9K 282 74
                                    

Termino de alistarme para la fiesta a la que asistiré con Noé. Será en la casa frente a la playa de uno de sus amigos mayores, esos que ya están en la universidad.  Mi cabello se encuentra perfectamente ondulado. Mi maquillaje natural con un delgado delineado enaltece mis largas pestañas. Un poco de rubor, brillo labial y estoy lista.

No puedo dejar de verme en el espejo porque verdaderamente me gusta cómo me veo hoy.

—Estará bien —me doy ánimos—. No habrá malos comentarios.

Mi celular suena y respondo la videollamada de las chicas con una alegre sonrisa.

—Enséñame —pide Ely, refiriéndose a cómo me veo.

Coloco la cámara frente al espejo para que puedan verme de pies a cabeza.

—¡Eso es chica! ¡Te ves ardiente! —exclama Ely, terminando con el sonido que las personas suelen hacer cuando algo las enchila.

—Me encanta, romperás corazones esta noche —suelta Yuji en un tono más tierno.

—Un momento... —suelta Ely, observándome con detenimiento—. ¿Qué sucede contigo? —pregunta con exigencia—. Y no digas que nada porque atravieso la pantalla y te rompo la cara.

—¿De qué hablas?—pregunta Yuji desconcertada.

 —Mírala... —Ely me señala—. Algo la molesta, algo no la tiene a gusto.

Yuji se acerca a la pantalla para verme mejor, batallando para identificar lo que, no sé cómo demonios, Eleonora ya encontró en mí.

Me conocen, eso es seguro.

Las tres nos conocemos muy bien.

—Es Lach... —confieso avergonzada—. Quise seguir sus consejos e intenté besarlo anoche para terminar con la maldita incertidumbre. Pero... —Sus rostros de emoción se desvanecen—, me alejó y me pidió que no lo volviera a hacer —Las miro—. Me rechazó.

—¿Qué carajos le sucede a ese suculento imbécil?—gruñe Eleonora—. ¿Cómo se atreve a decirte que no a ti? Osea, ¡hello! Eres una princesa y él una bestia, ¿qué le pasa?

—Quizá se puso nervioso...—Yuji intenta excusarlo.

—¿Ese hombre con tanto currículum? Por supuesto que no, solo está pendejo. No puedo creerlo...—continúa farfullando.

—Como sea, hoy tengo mi cita con Noé y todo estará bien. Esa era la señal que necesitaba y es que Lachlan jamás será una opción.

—¡Eso es, perra! —exclama Ely intentando darme ánimos.

—Mm, aún tengo mis dudas... 

—Yuji, cállate.

Mi cita llega puntual a recogerme, así que bajo y al filo de las escaleras mi padre me espera con una enorme sonrisa. Cuando llego a su lado, me obsequia su brazo y después de tomarlo, caminamos hacia la entrada en donde me entrega con Noé.

—Pongo a mi tesoro en tus manos. Cuídala, por favor.

—Será un honor, señor. Gracias.

Sonrío con la emoción brotando desde mi boca, mis ojos, mi alborotado cuerpo.

—Nos vemos más tarde, pa. Te amo. 

Deposito un beso en su mejilla y Noé me abre la puerta de su automóvil para que yo suba. 

*

Hay mucha gente. Me siento algo perdida pero Noé no me deja ni por un segundo. Caminamos entre la multitud y me presenta con algunos de sus conocidos. Todos se muestran amables y mi confianza crece, pues tenía miedo. Tenía mucho miedo de que alguien me reconociera, de que alguien me hiciera una grosería. Parece que no pasará y decido disfrutar el momento.

POR FA, ¡NO TE VAYAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora