Capítulo 16: Un simple beso.

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Lachlan

Qué ridícula es.

Corre de un lado a otro como si quisiera preservar su vida cuando es mucho más sencillo sentarse y esperar a que el viento y el sol por sí solos sequen su ropa y su cabello. Es lo que yo hago y, desde hace diez minutos, estoy listo.

Le doy una mordida a mi manzana roja y vuelvo a enfocarla, pero esta vez es diferente. Me encuentro con su mirada y me saluda con alegría mientras agita su mano con ímpetu, gritándome que la acompañe, y aunque claramente ni aunque estuviera loco voy a ir,  algo realmente insignificante llama mi atención: lo bien que luce al correr de un lado a otro, con su cabello danzando al mismo ritmo y su sonrisa iluminando la absurda escena de guardianes de la bahía que monta.

A partir de este momento, en el que de alguna manera encuentro fascinante el observarla, no le despego la mirada. La sigo detalladamente de lado a lado y empiezo a conflictuarme. ¿Por qué no puedo apartar la vista de Cristina? Lo intento, pero regreso a ella de forma magnética. Es una chica hermosa, siempre lo he tenido en cuenta. Sin embargo, no es para mí. Ella y su mundo no son algo en lo que yo me quiera inmiscuir, jamás.

Por favor, Lachlan.

¡Recapacita!

Pero, el intentar convencerme es una pérdida de tiempo cuando imagino escuchar la estúpida canción de "Bésala" y, por algún extraño motivo, mi cabeza piensa que es buena idea hacerme esta jugareta justo ahora. 

No.

No.

No.

Lachlan, ¿qué estás pensando?

No lo hagas.

No.

No es correcto.

No puedes.

No quieres.

Sí... 

Sí quieres.

Carajo.

¡Sí quieres!

¿Por qué quiero?

No debería...

Pero quiero.

Empuño las manos y mis ojos se cierran con fuerza antes de farfullar ¿con coraje? Me levanto de la arena para caminar y pronto empiezo a correr hacia la chica de cabello brillante. ¿Quién se cree? ¿Cómo es posible que ella pueda causar esto en mí? Es estúpido e inusual, pero supongo que las mejores cosas de la vida lo son. ¿No es así?

La tomo entre mis brazos riendo porque sé que se esforzó mucho para poder estar seca y yo lo arruinaré en un segundo, pero no se trata de eso. Estamos en la playa, estamos disfrutando, y que te sientes en la arena mojado y te llenes todo el trasero de ella, no hace la diferencia. 

Para eso estamos aquí ella y yo.

¡De eso se trata! 

Se trata de ser simple. 

Se trata de ser feliz.

Se trata de ser tú.

Se trata de dejar todas esas manías tóxicas que te dominan.

Se trata de desconectarte.

Se trata de olvidar los problemas que hay en tu vida.

Se trata de ser libre.

Se trata de vivir.

Se trata de hacerlo sin ataduras.

Y después de sumergirnos en el mar, emergimos de él . Yo aún me río, pero ella... Dios mío, ella se encuentra pasmada y su rostro angelical me llama, me captura como si fuera una cámara fotográfica profesional y yo una buena fotografía de un atardecer. Apago la risa, pero mi sonrisa se mantiene y la miro como si fuera lo más precioso del mundo porque por un momento así lo siento.

POR FA, ¡NO TE VAYAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora