Capítulo 12: Una bandita.

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Oh, qué delicia poder desayunar helado.

 Cada una de nosotras sostiene un litro con su sabor favorito mientras vemos el amanecer desde la banca blanca que se encuentra en mi jardín.

Es placentero.

—No quiero regresar a mi casa, mis padres me matarán y enterrarán mis restos entre sus magnolias.

—Te quedarás conmigo hasta que sea necesario —digo y pego un delicioso bocado.

—Los Chong son tan adorables, jamás te harían eso —ironiza Ely, pero no aguanta la risa y estalla pronto en carcajadas.

Hemos superado la situación a nuestra manera. Decidimos olvidar todo lo que acontece y no preocuparnos mientras estemos en nuestro lugar seguro.

Nosotras somos nuestro lugar seguro.

*

La mascarilla de aguacate es sin duda una joyita para nuestra piel. Las chicas están relajadas, recostadas sobre los camastros frente a la piscina, pero yo tengo hambre, así que me dirijo hacia la cocina al punto de las nueve para conseguir un vaso de frutas. Mi cabeza canta un medley de The Struts hasta que mi vista capta algo interesante asaltando mi cocina.

Me recuesto sobre la barra y alzo mi ceja derecha mientras observo cómo Lachlan toma una de mis galletas de avena. Regresa el bote a la alacena y gira con una sonrisa que se borra en el instante en que me ve y un grito agudo junto a un salto de terror abandonan su cuerpo.

Veo en cámara lenta la caída libre de la galleta hasta el suelo.

—Carajo —farfulla, agachándose para recoger la galleta—.  Quítate eso, pareces Shrek.

—Es una mascarilla hidratante y aún me quedan cinco minutos.

Él respira profundo.

—¿Asustarme es tu nuevo pasatiempo favorito?

Sonrío.

—No a propósito, pero admito que es divertido.

—¿No se supone que debes estar en la escuela?—inquiere, dándole una mordida a la galleta y yo le miro con asco, pues ya ha tocado el suelo y a él no le importa.

—¿Y tú qué haces en mi casa?

—Tu padre me trajo, vino a recoger unos planos y... —Frunce el ceño—. Yo te pregunté primero.

Rasco mi nuca.

—¿Recuerdas el perfil de Instagram? —cuestiono y él responde que sí con la boca llena—. Bueno, resulta que su amenaza es cierta y ayer publicaron un secreto de Yuji, así que cuando creíamos que las cosas iban mejorando, se fueron al caño.

Su curiosidad aparece, pero no cualquiera. Es como si verdaderamente se preocupara por nosotras.

—¿Que pasó?

—Evidenciaron que compró unos exámenes y como es el primer lugar del cuadro de honor a nivel escuela, piden justicia porque dicen que no se lo merece. Ayer volvieron a hacernos cosas horribles y no es todo, también amenazaron que el siguiente secreto será de Eleonora y no sé qué demonios se supone que debemos hacer. Siento que esto se está saliendo de control.

—Mierda.

—Así es.

En ese momento, las chicas llegan a la cocina entre risas que se apagan cuando se dan cuenta de que él está conmigo.

—Las hermanas de Shrek —suelta Lachlan, repudiándolas con la mirada.

—Esto nos mantendrá bellas —le digo.

POR FA, ¡NO TE VAYAS!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora