xxii. expulsion

973 112 51
                                    


El día era lunes, a las ocho de la mañana en el inicio de clases, cuando la noticia se revelo que Luke Hemmings y Kimberly Anne oficialmente ya no era una pareja.

No estaba de más decir que todo el mundo estaba hablando de eso, ya sea hablado o virtualmente; Luke Hemmings y Kimberly Anne todavía eran el dar de qué hablar.

Había muchas teorías al porque habían terminado. Muchos decían que era porque Luke la había engañado o viceversa, otros decían que Kimberly se había cansado de Luke, pero la más popular era que Aiko Marie había causado la ruptura.

Aiko era probablemente la única que no se había enterado de esto debido a que los que usualmente le contaban los chismes de la Secundaria eran Carson y Serena, los cuales todavía no le habían hablado ni tan siquiera para preguntarle cómo se encontraba.

-Recuerda pasar por la oficina del director.- le recordó su padre antes de que su hija se bajara del carro, despidiéndose de él y su madre.

Los padres de Aiko habían sido muy cuidadosos con ella desde el incidente porque habían descubierto que su hija había heredado algo de ellos, aguantarse mucho para explotar en cualquier momento imprevisto. Sin embargo, ella les recordaba que se encontraba bien. Odiaba admitirlo, pero, haber explotado causo que se le quitara un peso de encima.

Aiko ingreso a la Secundaria, no sin antes de dar un gran respiro y abrir las puertas para encontrar a todos los estudiantes hablando entre sí o mirando sus celulares con mucho interés. Se sintió aliviada que por fin nadie la estuviera viendo.

-Pero eran tan lindos juntos.-

-No puedo creer que la haya engañado.-

-Ya no creo en el amor.-

Eran solo varias de las múltiples cosas que Aiko escucho decir de los estudiantes conmocionados por la noticia de la ruptura de la pareja más popular de la Secundaria, nombrados dos veces consecutivas como la mejor pareja por el anuario.

Pero esto Aiko no lo sabía. En cambio, estaba muy enfocada en que le diría al Director Bloom sobre su arranque la semana pasada, ya que no había podido hablar por completo con el aparte de los detalles importantes de lo ocurrido.

-Buenos días, Aiko.- la saludo la secretaria con una sonrisa, la cual Aiko le respondió –El Director Bloom te vera en unos minutos.- y con eso dicho, regreso a su trabajo.

Aiko jugo con sus dedos por lo que pareció por mucho tiempo mientras pensaba en que podía decir al director, ¿iba a justificar su arranque? Claro que no podía, pero el Director no iba a creer su excusa tampoco.

Los pensamientos de la chica fueron interrumpidos por voces que gradualmente iban elevando su tono, y se notaba que estaban enojados. Provenían de la oficina del Director Bloom, la voz del hombre siendo notable pero la otra voz no lograba ponerle un nombre.

Al parecer la secretaria también noto el disturbio que estaba ocurriendo dentro de la oficina del Director y decidió entrar para ver qué era lo que sucedía, pero inmediatamente fue corrida de la habitación.

-Uhm, Aiko, ¿Por qué no vienes más tarde? Yo le diré al Director.- le dijo y Aiko la miro preocupada –Ve a clases, por favor.-

Aiko decidió no preguntar, tomo su mochila y la coloco en su hombro de nuevo, pero antes de salir de la oficina por fin pudo identificar la voz de la persona desconocida que estaba discutiendo fuertemente con el Director.

Era Michael.

La secretaria miro como Aiko se detuvo y se dio la vuelta, pero le rogo que no entrara porque lo que estaba sucediendo adentro no era asunto de ella ni de nadie. Pero no está de más decir que Aiko se hizo la que no escuchaba, silenciado todo sonido aparte de la intensa conversación del director y el alumno.

EffloresceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora