xiii. revelaciones

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Calum miro la hora en su celular, y ya habían pasado treinta minutos desde la hora que Aiko y Luke estaban acordados en verse. Aiko estaba sentada en la usual mesa que usaban mientras Calum ojeaba los libros en las grandes estanterías.

-No contesta mis mensajes.- murmuro Aiko, Calum la escucho y se dio la vuelta para verla concentrada en su celular, tratando de ponerse en contacto con el rubio.

-Lo llamare yo.- le dijo Calum, marcando el numero de Luke, Aiko lo miro con mucha esperanza -No contesta.- anuncio Calum al ser dirigido a la contestadora.

-¿Y si le paso algo cuando venia hacia acá?- pregunto Aiko preocupada.

-Lo dudo mucho.- murmuro Calum -¿Sabes? Creo que simplemente...no vino.-

-Se supone que teníamos tutorías. Nunca falta. Y si lo hiciera, me avisaría.- le dijo y Calum suspiro -¿Me avisaría, no?-

-Mejor vámonos.- le dijo Calum, haciendo un ademan con su mano.

Aiko suspiro, totalmente decepcionada de Luke. ¿Acaso le estaba dando una lección por como ella falto a su tutoría la vez pasada? De todas maneras, le hizo caso a Calum, siguiéndolo fuera de la Biblioteca hasta su propia casa, se le había olvidado por un momento que el chico ya había ido antes.

-¿Así es siempre?- le pregunto Aiko al chico a su par, el cual quito su atención del camino.

-¿Quien? ¿Luke?- Aiko asintió -Es un chico...raro.- comento Calum -No sé cómo explicarlo.-

-¿Es tu mejor amigo?- pregunto con curiosidad la chica de rulos, los cuales estaba tratando de calmar por el viento.

-No.- respondió Calum rápidamente -Ni siquiera sé si somos amigos. Luke no puede comprometerse a nada, exceptuando a Kimberly, su novia, pero creo que lo hace por su propio beneficio.- le explico y Aiko asintió ligeramente -Aunque, me confía muchas cosas. Como esto de las tutorías que da, solo tú y yo lo sabemos.-

-Me siento un tanto...especial.- dijo Aiko entre risas, y Calum sonrió ligeramente.

-Es suerte. Creo que si llegas a conocer cosas de ese tipo sobre Luke, es pura suerte.- agrego -Supongo que Kimberly no la ha tenido.-

-¿Te cae bien?- Esta pregunta era muy importante para Aiko.

-No lo sé.- dijo Calum encogiendo sus hombros -Nunca he tratado con ella. Solo la miro y eso es todo.-

Después no dijeron nada más, igual que la noche de la fiesta. El carro del padre de Aiko no estaba, lo cual significaba que no había llegado del trabajo. Su madre podía o no estar dentro.

-¿Crees que puedo usar tu baño?- le pregunto Calum como una excusa para no esperar afuera.

-Sí, claro.- le respondió la chica, abriendo la puerta de la casa para encontrarla sin la presencia de su madre. -Esta al fondo del pasillo.- le indico ella, Calum asintió agradeciéndole.

Aiko se hizo camino hasta su habitación para buscar la franela del chico. La verdad es que no quería dársela porque era muy cómoda y olía bien, debido a la loción de Calum.

Calum examino el pasillo, el cual estaba lleno de pinturas y fotos. Las pinturas estaban todas firmadas por la misma persona, y las fotos eran en su mayoría de Aiko (esto lo sabía porque siempre había tenido un afro).

Aiko espero a que Calum saliera del baño, deseando que cualquiera de sus padres no llegara pronto porque sabía que la interrogarían al porque había un chico en su casa sin su permiso.

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