xix. relajación

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Aiko contemplo la boleta de inscripción para reina del baile y suspiro. Carson y Serena charlaban detrás de ella sobre lo increíble que esto podría ser para ella. Su mente estaba debatiendo con sí misma, diciendo que esta era la peor idea que a sus amigos se les pudo ocurrir.

-Tu sabes que chicas como Kimberly Anne siempre ganan esa corona y es tan injusto.- argumento Serena y Aiko estaba un poco cansada de escucharla hablar.

-Piensa en lo bueno de esto, Aiko. Puedes revolucionar todo esto.- agrego Carson y ella suspiro, negando con su cabeza.

Estaba cansada de ser la pequeña marioneta de sus amigos.

-Los veo al rato.- murmuro la chica del afro, había regresado a su cabello natural; y no, no era por Calum Hood.

Carson y Serena trataron de llamarla, pero ella no iba a ceder. Se sentía cansada de ser el hámster de experimento para cualquier situación. Además, había cosas más importantes que un estúpido título de baile, en su opinión.

Desde que decidió negar la recomendación para la beca sentía que todo se le estaba desmoronando. Ella creía que eso tal vez mejoraría las cosas, pero al revés, todo estaba cambiando.

Aiko se detuvo al ver que el grupo de los populares estaba caminando a su dirección, Kimberly Anne liderando. La vista de Aiko cayó sobre Luke Hemmings, que seguía a su novia con sus manos entrelazadas. Por alguna razón, no se miraba feliz.

-¡Alísate el cabello!- le grito Kimberly a la chica que tuvo que detenerse para no intervenir en su caminar.

Aiko toco su melena de rulos y frunció el ceño, no entendiendo cual era la fascinación de Kimberly con su cabello. Kimberly rio junto a las otras que estaban con ella exceptuando a Luke, que, aunque haya forzado una sonrisa, se notaba que no encontraba la gracia en el comentario de su pareja.

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Calum adoraba la biblioteca porque era silenciosa. Si ocupaba ventilarse, iba a la biblioteca porque podía sentarse y simplemente callarse sin esperar que alguien se le acercara para hablarle. Además, casi siempre pasaba vacía. Exceptuando en la semana de exámenes cuando a todo el mundo se le ocurría estudiar ahí.

Pero hoy era diferente.

Porque Calum había reprobado su prueba de Química y sabía que reprobaría la clase en general. Y si reprobaba la clase eso significaría que no obtendría la recomendación a la beca deportiva. La estaba luchando contra Blake Matthews, el capitán del equipo de Baloncesto, y aunque el futbol fuera el deporte número uno de la Secundaria, eso no significaba que él estaba garantizado en ganarla.

Así que cuando entro a la Biblioteca con enojo (de sí mismo) dentro de él y listo para dejarlo todo ir en un libro de Harry Potter (porque era el único libro real que Calum había leído) unos sollozos lo interrumpieron.

Su mirada se desvió a uno de los pasillos donde Aiko Marie se encontraba escaneando libros con su vista mientras secaba las lágrimas que caían de sus mejillas. Calum frunció el ceño y se acercó a ella, pero la chica no se había dado cuenta de su presencia hasta que el toco su hombro, haciendo que pegara un pequeño salto de susto y revelara su cara con lágrimas.

-Hey.- hablo ella primero, tratando de ignorar el hecho que estaba llorando unos segundos antes -Tiempo sin hablar, ¿eh?-

-Aiko, ¿Qué sucede?- le pregunto Calum ignorando lo que ella había dicho.

-¿A mi? Nada en lo absoluto.- respondió con una sonrisa que podía ser confundida por una genuina.

-Claro, ¿esperas que te crea eso?- pregunto Calum retóricamente a lo cual ella suspiro.

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