Destruction ◇ Erik Lehnsherr

c a t o r c e

Iris no soltó la mano de Erik en todo el viaje. Estuvieron sentados juntos, en silencio, cogidos de la mano mientras ella apoyaba su cabeza en el hombro de él. Solo así conseguía dejar de estar tan nerviosa como estaba.

Ahora sí que no había vuelta atrás. En el momento en el que el avión aterrizase, tendrían que empezar a actuar sin perder ni un solo segundo. De ello dependía el futuro de la humanidad.

Iris giró la cabeza y vio a Raven sentada lejos de ellos, mirando hacia sus manos. Supo que no tendría otro momento como aquel para poder hablar con ella, ya que no sabía qué era lo que pasaría después de la pelea contra Shaw.

Así que se levantó del asiento, soltando la mano de Erik y se acercó a Raven, sentándose a su lado. Ella elevó la mirada al notar que alguien se ponía junto a ella, pero de momento al ver quién era, la bajó.

—Raven —susurró Iris.

—No tienes que decir nada, Iris. Siento mucho lo de anoche. Yo... no sabía que tú y Erik estabais, bueno, juntos. En ningún momento me dijiste nada de eso.

—Lo sé, y debería haberlo hecho. Pero yo misma he estado muy confusa respecto a nuestra relación, así que no quería decirte nada hasta que tuviese las ideas claras.

—¿Y las tienes ya? —Iris quiso decir que sí, que sabía quién era Erik y la relación que podían tener.

Pero realmente no sabía nada de eso. Erik no le había contado nada de su pasado, por lo que lo único que conocía de él era lo que había visto en estas semanas. Que era un hombre atormentado con un gran dolor en su interior, y que necesitaba a alguien que le ayudase a salir del ambiente de odio y dolor que él mismo había creado.

Sin embargo, había algo más. En estos días, Iris había conseguido ver una parte de Erik que no creía que llegase a tener. Había conocido la parte de él que era feliz, la que no estaba destrozado de dolor. Aquel que no muchas personas conocían.

Además, tampoco estaba segura de que tuviesen una relación normal. Estaba claro que entre ellos había una fuerte conexión y, aunque ninguno era capaz de explicar lo que sentían por el otro, estaba claro que eran sentimientos muy fuertes. Tanto que ninguno de los dos era capaz de imaginar un futuro sin el otro.

Erik había despertado nuevas sensaciones en Iris. La había hecho sentir como nunca nadie lo había hecho antes. Con él sentía que podía ser completamente ella, y eso le encantaba.

Pero todo había sido tan rápido.

Y es que los dos se habían necesitado. Habían encontrado en el otro lo que no habían visto nunca antes y lo que realmente necesitaban. Alguien que los completase como persona.

Pero, tras todo eso, ambos sabían que después de aquel día todo cambiaría. Quizás para bien, quizás para mal. Pero nada volvería a ser como antes.

Así que negó con la cabeza.

—Todo esto es demasiado... nuevo para mí. Nunca imaginé que alguna vez llegaría a vivir algo parecido a esto, y ahora no consigo imaginarme sin todo ello.

—Lo sé —contestó Raven—, te entiendo. Yo siempre he tenido a Charles, que me apoyaba y me quería... Pero nunca me ha aceptado tal y como yo era. Siempre ha preferido a la Raven rubia con ojos bonitos, pero en cuanto me convertía en Mística..., en quien yo realmente soy, no podía evitar sentir rechazo de su parte —volvió a bajar la mirada—. Sé que no lo hacía con mala intención. Charles me quiere mucho, pero se ha acostumbrado a ver quién no soy. Todos lo han hecho.

—¿Es por eso por lo que estuviste ayer en la habitación de Erik? ¿Porque él es el único que te ve tal y como eres? —asintió.

—Incluso Hank, con quien estaba dispuesta a empezar una relación, quería cambiarme. Y, cuando peor me sentía, Erik me enseñó que no tenía nada por lo que sentirme avergonzada. Pero, aun así... no debí haber ido ayer así. No sé qué era lo que esperaba encontrar allí...