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Iris tuvo los ojos cerrados todo el camino, lo cual no fue demasiado tiempo. Sentía que si los abría se marearía y no era muy buena idea vomitarle a Peter encima.

Cuando finalmente llegaron a la Mansión X, tras unos segundos de viaje, él la dejó en el suelo y ella se apoyó en un árbol que había cerca. Sentía que todo le daba vueltas y respiró hondo para intentar tranquilizarse.

Solo había hecho eso con Peter una vez en la vida, y aun así no recordaba lo desagradable que era la sensación cuando él te dejaba de nuevo en el suelo. Era como si todo el mundo girase mientras tú estabas quieta en el lugar.

Iris apoyó las manos en las rodillas y tomó grandes bocanadas de aire para intentar que esa sensación de mareo la dejase.

—Espera un momento —le pidió Peter y luego desapareció.

Lo hacía todo tan rápido, que antes de que Iris pudiese elevar la cabeza para mirarle, él ya había desaparecido de su vista y ahora estaba sacando a alumnos de la Escuela. Ni siquiera le dio tiempo a preguntarse lo que estaba pasando.

Giró la cabeza justo a tiempo para ver cómo una gran explosión estaba tragándose la Escuela entera. Abrió los ojos con sorpresa al mismo tiempo que elevaba los brazos para hacer que la explosión quedase rodeada por un campo de fuerza lila.

La intensidad de la explosión hizo que Iris se tambalease y casi cayese hacia atrás, pero todavía estaba apoyada en el árbol, lo cual consiguió parar la caída. Aplicó un poco más de fuerza en el campo de fuerza y poco a poco, la explosión, junto con el fuego que ésta había creado, empezó a disminuir hasta que, al final, no quedó nada más que los destrozos que había conseguido crear.

Iris suspiró y dejó caer los brazos como si fuesen un peso muerto. Luego corrió hacia un lado donde nadie la viese para vomitar. Aun se sentía mareada por el viaje que Peter le había dado, y aquella fuerza que había tenido que usar solo unos segundos atrás no habían ayudado a que esa sensación desapareciese.

Se apoyó en un árbol y cerró los ojos.

—¿Iris? —ella abrió los ojos de inmediato al ver que la llamaban y al reconocer la voz.

Se dio la vuelta y delante de ella vio a Raven. Se sorprendió entonces al ver lo cambiada que estaba. La primera vez que la vio era una simple adolescente que buscaba cambiar lo que era porque los demás no la aceptaban. Después, cuando la volvió a encontrar, había crecido y buscaba matar a aquel hombre que había acabado con tantos de su raza. Y finalmente, tras diez años, se había convertido por completo en una mujer.

No sabía qué era lo que hacía allí, ya que en la última carta que recibieron de Charles él no le mencionó nada sobre que Raven hubiese vuelto así que Iris supuso que habría llegado hace poco. 

Aun así, al verla no pudo evitar que sus ojos se aguasen y sus piernas temblasen. Durante esos diez años había soñado varias veces con volver y verlos a todos juntos, pero ahora que se hacía real no era capaz de creerlo. Ellos eran parte de su familia y ahora volvían a estar unidos.

—Raven —suspiró y ando hacia ella hasta fundirse en un abrazo.

Se abrazaron con fuerza, ambas sin creerse que la otra estaba ahí. Iris entonces notó que su hombro se mojaba y no tuvo que verlo para saber que Raven había soltado varias lágrimas.

Se separó un poco de ella y la miró, viendo cómo sus ojos se habían enrojecidos y varias lágrimas caían desde ellos, aunque en su rostro había implantada una sonrisa.

Iris limpió varias de sus lágrimas.

—¿Cómo puedes estar aquí? —preguntó Raven confusa—. Todos creímos que habías muerto. En las noticias hablaron de vosotros y... —suspiró—. No puedo creerme que estés aquí —dijo, volviendo a abrazar a Iris.

Destruction ◇ Erik LehnsherrWhere stories live. Discover now