d i e c i s i e t e

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Iris llegó finalmente a la pirámide, y tuvo que esconderse antes de poder detenerse a recuperar el aliento. 

Había esperado encontrar allí al resto de los X-men junto a Charles. Sin embargo, lo único que vio fue al imponente Apocalipsis, cerca de la pirámide y hablando, aunque se encontraba solo. Iris prestó un poco de atención a lo que decía, intentando descifrar sus palabras entre su acelerada respiración.

Consiguió entender que estaba buscando a Charles, y aquello le dio un gran alivio a Iris pues eso significaba que el accidente de avión no había acabado con ellos y habían conseguido esconderse a tiempo.

Cuando Apocalipsis gritó, lleno de ira y harto de aquella situación, Iris no pudo evitar encogerse en su lugar. Su grito había sido estridente y había conseguido que todo el lugar se sacudiese, incluso la piedra que Iris usaba como escondite.

Tenía justo delante de ella a un mutante considerado dios que estaba muy enfadado. ¿Cómo iban a conseguir salir de aquella situación?

Iris no hacía más que preguntarse eso, pues se había quedado sin ideas. Ya no podían usar el avión, pues este había quedado destrozado. Ninguno de ellos podía volar y los únicos que podían hacer algo parecido eran Peter y Kurt. Ellos dos eran la única oportunidad que tenían para sacar a Charles de allí. ¿Pero qué pasaría con los demás? ¿Cómo se las arreglarían para salir a tiempo?

Iris cerró los ojos y se dijo a sí misma que pensarían en ello más tarde, cuando llegase el momento. 

Intentó contactar con Jean para hablarle sobre el plan, pero el simple hecho de bajar la guardia con Apocalipsis tan cerca la atemorizaba. Él no era como Arcángel o Psylocke. Él podía destruirla con facilidad si así lo quería.

Volvió a abrir los ojos y casi gritó cuando vio a Peter delante de ella. No tenía ni idea de en qué momento había aparecido, pero sabía que aquello no era demasiado difícil para él. Supuso que Raven también estaría cerca, pues ellos dos habían estado juntos en todo momento.

—Eres una cabezota, ¿verdad? —le replicó él, al verla allí escondida—. Te dijimos que no te metieses y aquí estás.

Mientras que Iris estaba sentada y casi agazapada en el suelo, Peter se encontraba de cuclillas, por lo que ella tiró de su brazo para que quedase sentado a su lado y así no corriese el riesgo de que Apocalipsis lo viese. 

—Ten cuidado —le pidió ella susurrando—. Puede verte —Peter rodó los ojos.

—Ya le gustaría a él ver este cuerpo —comentó, señalándose a sí mismo. Iris rodó los ojos al mismo tiempo que él sacó un poco la cabeza hacia fuera desde el lugar donde estaban y luego volvió a mirar a Iris, levantando un dedo—. Espera aquí un momento —le pidió y desapareció, haciendo que el pelo de Iris se echase hacia atrás con violencia.

Luego sacó un poco la cabeza de detrás de la piedra para poder ver qué era lo que Peter iba a hacer.

No fue capaz de distinguir bien lo que pasaba, pero en un solo segundo el cuerpo de Apocalipsis, que se encontraba en ese momento gritando el nombre de Charles, se sacudió hacia atrás con violencia. Cayó al suelo y, sin dejarle tiempo a respirar, fue levantado de nuevo y, una vez que se encontró en el aire, recibió varios golpes más.

Desde el exterior se veía como si algo invisible estuviese golpeando a Apocalipsis con dureza y velocidad. Iris sabía que no se trataba de eso, sino que Peter estaba corriendo y moviéndose tan rápido que era imposible poder verle.

Sin embargo, al parecer Apocalipsis sí pudo, pues en un momento de respiro que encontró estiró su mano e hizo que la tierra del suelo se empezase a elevar, atrapando la pierna izquierda de Peter. Él, atónito, intentó lanzarle un puñetazo a Apocalipsis cuando éste se acercó, pero fue en vano.

Destruction ◇ Erik LehnsherrWhere stories live. Discover now