SEXTO DOMINGO: PASTEL DE MANZANA

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Como me alegro de que sea domingo y no tengo nada que hacer. Sí, porque Liam ayer vino a casa. Eso sí, tuvo que venir aprovechando que mis padres salían. Los chicos son así de gilipollas, por lo visto. Tú puedes comer con sus madres pero ellos no pueden estudiar delante de la tuya. Lo bueno fue que vino con las suficientes ganas de hacerlo como para que no nos llevara más de una hora. Aunque, antes de empezar tuvimos que tomar un té en la cocina porque decía que tenía hambre. Aunque en verdad sólo trataba de alargar el momento. Además John se apuntó al té, cosa que nunca haría, y se entretuvieron hablando de fútbol. Aunque Liam es capaz de cambiar muy drásticamente de tema, porque después de comentar con mi hermano un penalti ridículo que hizo no sé quién a otro y que luego ese otro falló, con las consiguientes carcajadas, me miró, bebió de su taza y dijo:

«Oye, ¿qué pasó entre Eve y Dave?».

Yo le miré como si me sorprendiese de que me hablara, teniendo en cuenta que la conversación con mi hermano parecía ser súper interesante. Mi hermano también me miró súper intrigado, deduzco que porque lo que le interesa a Liam le interesa a él.

«¿Tú no tienes que ensayar con tu guitarra?», le pregunté.

«Sí, pero después».

«No, ve ya, Johnny, porque Noel se enfadará si no haces lo que te dijo». Miré a Liam. «¿A que sí? ¿A que Noel se enfadará?».

Liam se encogió de hombros. Así no me ayudaba nada.

«Pero si aún no le he visto», dijo mi hermano desmontándome la teoría.

«Bueno, pues vete y ya está. Que ya te has acabado el té, mira». Agarré su taza que todavía estaba a la mitad y resoplé.

«Déjale que se quede, Sally. Es majo», dijo Liam antes de sonreírle.

Y los dos me miraron, como si hubieran rebobinado y esperaran mi respuesta. A lo que yo actúe con una astucia increíble, porque soy súper lista.

«Pues lo que te haya contado Dave».

«¿Qué pasa entre Eve y Dave?», preguntó mi hermano, ahora mirando a Liam.

«Se enrollaron», le explicaba éste como si tal cosa.

«Oooooh». Mi hermano es imbécil, en serio.

«Sé lo que tú, Liam», dije rápidamente. Luego bebí.

«¡Venga ya! Las chicas habláis. Y habéis dormido juntas. Cuenta».

Arrugué la nariz. La verdad es que era una estupidez que no soltara prenda, porque Coates se lo iba a contar a Liam, que para eso es su mejor amigo, así que, cedí. Sólo me incordiaba un poco mi hermano, pero bueno. Más que nada porque...

«Por lo visto, cuando tú y yo salimos, pues ellos siguieron viendo la película. Aunque Tony y Becka dejaron de prestarle atención, ya sabes. Y Dave les dijo que se fueran, igual que nos había dicho a ti y a mí». Miré inconscientemente a John cuando dije eso, que me miraba muy atento. «Y entonces Tony les dijo que se besaran ellos y se callaran...».

«¿Y se besaron?», preguntó Liam. Estaba intrigado y emocionado a partes iguales.

«No».

«¿No?». Mi hermano confundido.

«Sí, pero no todavía».

«El caso es que Dave volvió a insistir en que si no iban a ver la peli, que se fueran. Y Tony le dijo que a ver si es que él quería estar a solas con Eve. Y mi amiga se puso como un tomate, ¿te la imaginas?». Liam asintió, es fácil imaginarse a Eve colorada. «Entonces Dave y Tony se picaron».

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