Capítulo 81

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Abro los ojos algo aturdida por el fuerte ruido de la televisión, poniendo mi cabeza recta, y sintiendo un dolor en mis manos. Agacho la mirada para verme atada de manos y pies, para después empezar a sacudirme con fuerza para escapar.

-Vaya, parece que la princesa ha despertado por fin.

Exclama un hombre entrando a la habitación y apagando la televisión, yo lo miro con miedo.

-Por un momento creí que me había pasado con la dosis de cloroformo.

Dice el mismo chico de la camioneta entrando a la sala y cuando se acerca a mi, le escupo en la cara.

-Tenemos aquí a una pequeña rebelde...

Susurra el chico limpiándose la cara con su camiseta y después dejando de sonreír, para agarrarme del cuello con fuerza.

-Mírame bien a los ojos, zorra.

Murmura él sin soltar su agarre y yo intento hablar para mandarle que me suelte, ya que siento el vínculo bastante fuerte. Pero el agarre no me permite hablar.

-Y otra vez te llaman...

Se queja el primer hombre que ha entrado y el chico que me agarra me suelta bruscamente, haciendo que la silla caiga al suelo, y yo con ella.

-¿Cuántos millones deberíamos hacerle pagar al rico de Bieber?

Pregunta riéndose con mala gana y mis ojos se abren como platos al oír su nombre. Me sacudo con fuerza y el chico que me ha lanzado al suelo, me levanta sonriendo.

-¿Tú crees que con 10 millones tendríamos suficiente para vivir?

Me pregunta el chico sonriendo con asco en mi cara y aprovecho que mira mis ojos para atreverme a crear el vínculo.

-Vas a soltarme, y a dejarme marchar.

Ordeno mirando fijamente sus ojos y el chico asiente, empezando a desatar mis manos. Pero, cuando ya no estoy atada, y empiezo a correr con todas mis fuerzas hacia la salida, otro hombre más grande me agarra en brazos.

-¿Dónde te crees que vas?

Pregunta en mi cara sin soltarme, echando en mi cara el horrible olor a whisky que desprende su aliento.

-¿Por qué la has soltado?

Pregunta el mismo hombre más serio, mirando el chico joven que acaba de desatarme. El se frota la nuca con preocupación y, sin saber porque, el hombre que me sujeta empieza a reírse.

-Vaya, vaya, vaya...

Susurra en mi oído, para después tumbarme en la cama y al ver que yo intento escaparme de nuevo, me agarra de la cara y me mira a los ojos.

-Vas a quedarte quieta, y no vas a hablar hasta que te lo diga.

Me ordena y entonces pienso por unos segundos que no va a funcionar, hasta que mi mente se queda en blanco y asiento inconscientemente. Segundos después reacciono e intento moverme, pero es inútil.

-Así que tenemos aquí a una joven mentalista...

Murmura el mismo hombre agarrando la silla en la que estaba sentada, y poniéndose delante de mí, mirándome con una asquerosa sonrisa.

-Habla.

Me ordena sin dejar de sonreír y entonces noto como mi garganta se destapa, permitiéndome hablar.

-Tu no deberías poder darme órdenes.

Digo mirándolo mal intentando moverme, pero es imposible. El hombre se ríe y suelta un suspiro después.

Just feel.  {Justin Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora