Tauriel, Hija del Bosque

La elfa pelirroja

NARRADORA POV

Todo parecía indicar que ambos jóvenes estaban a punto de besarse en los labios, hasta que un sonido familiar hizo que aquel momento se desvaneciera... como de costumbre otra vez interrumpían a Tauriel.

A lo lejos vieron como un carruaje se acercaba, era Thranduil, Elrond, Arwen y Legolas. Tauriel se apartó de Link, incomodando a ambos después de que casi se besaban.

Por fin, el carruaje los alcanzó.

- Buenos días mis señores, prima. - Link hizo una reverencia ante la familia real.

- Buen día mis señores, mi lady. - Tauriel hizo lo mismo.

Todos los miraban expectantes como esperando una explicación. En los ojos de Legolas se veía incertidumbre, coraje y quizá, solamente quizá celos. Arwen miraba con atención a ambos, dentro de sí se alegraba de que su primo tuviera intereses en Tauriel pues eso la alejaría de Legolas. Sin embargo, Elrond se quedó casi sin palabras al ver por primera vez a Tauriel. ¿ Por primera vez la veía? Eso lo vamos a averiguar. Miles de recuerdos pasaron por la mente del rey de Rivendell, su boca se secó, ¿ Acaso es posible?

FLASH BACK

Eran dos jóvenes elfos, el era el príncipe de Rivendell, ella una humilde costurera que trabaja para el rey. La primera vez que se vieron supieron que era amor, sin embargo las diferencias de clase impedían gritar ese amor a los cuatro vientos. Se trataba de Elrond, príncipe de Rivendell y Yessiel una hermosa elfa pelirroja de ojos verdes que parecían dos esmeraldas brillantes.

Una tarde ambos escaparon al bosque. El padre de Elrond había asistido a un concilio en las tierras de Bree para tratar asuntos importantes relacionados con la Tierra Media. Así que aprovecharon aquella ocasión y se perdieron entre los árboles y entre las flores para finalmente llegar a un claro al lado del río.

- Te amo mucho Yessiel.

- Yo te amo mucho más de lo que tú a mí.

Se besaron. Se abrazaron. Sabían que un momento así no se repetiría jamás y estuvieron dispuestos a obedecer a lo que sus cuerpos pedían. Poco a poco se desvistieron, hasta quedar completamente desnudos al lado del río. La luna brillaba esplendorosa en el cielo y por primera vez, los elfos se amaron en cuerpo y alma entregándose el uno por el otro.

- Nada ni nadie me hará dejar de amarte mi estrella. Te amaré hoy y para siempre.

- Prometeme que así será mi cielo.

- Te lo prometo mi corazón.

Fue la mejor noche que ambos pudieran pasar. A la mañana siguiente volvieron a caballo a Rivendell, lo que no sabían es que un elfo los había visto y le contaría todo al padre de Elrond cuando regresara.

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- Elrond puedes explicarme que hacías tú con aquella elfa en el bosque hace unos días.

- Padre, no se de lo que habl...

- ¡ No me mientas! Ya se que estuviste con ella, de ahora en adelante te prohíbo que la vuelvas a ver. Si te atreves a desafiarme, mandaré a que la destierren de mi reino. ¿ Has entendido?

- Sí padre.

Elrond estaba destrozado, ya no podría ver más a su amada, aunque sea necesitaba hablar con ella una última vez.

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- Confirmado Yessiel, ¡ estás embarazada!