-¿ya todo está listo para el inicio de clases de Valentina y Mateo?- su pregunta me trajo de vuelta - si, ya. Mañana veré como me va para despertarlos- respondí
- estoy perdiéndome demasiado por estar aquí, mas de lo que he ganado- en su tono había demasiada culpabilidad - no digas eso, estas en camino de conseguir el trabajo de tus sueños- traté de animarla a pesar de que yo pensaba como ella. - ¿a cambio de que, de que mis hijos rara vez me vean, a que ya no necesiten tanto de mi, a cambio de perder a mi esposa?-
- Lauren, ellos te necesitan igual o mas que antes, te extrañan todos los días, hablamos de ti todos los días, Mateo está loco de que vuelvas para mostrarte todo lo que ha aprendido en las practicas de futbol, Valentina que ya finalmente consiguió hacer el giro sencillo en las clases de gimnasia y Kylie que ya subió de nivel en las clases de ballet, todos están deseando el momento en que regreses, ellos te aman y eso no va a cambiar por que no te vean estos dos meses que restan-  me acosté en el mueble aun con el celular pegado a mi oreja -piensa que ahora si, estos dos meses pasaran volando y que ya los veras y los abrazaras y los besaras y ellos a ti- solté una risita, solo imaginarme ese momento mi corazón se llenaba de alegría. - pero no se si te tendré a ti- aquí vamos con el tema delicado, me quedé callada por que realmente no sabía que decir - no estoy segura de si me querrás de vuelta cuando regrese, no tengo la menor idea de que pasará ...yo no quiero perderte Camz-
-primero necesitamos que pasen estos dos meses para saber que pasará Lauren- respondí, no quería hablar del tema. -tienes razón- para mi sorpresa, ella estuvo de acuerdo. -debo ir a dormir, son casi las tres de la mañana y tengo que madrugar- explicó y si, sabía que era esa hora, ya que la diferencia de horario es de cinco horas. - oh si, lo siento. Te llamaré mañana en la mañana por skype para que los veas antes de llevarlos a la escuela, buenas noches Lo-
-¡si!, estaré pendiente al celular- respondió encantada de poder ser parte de el gran día de mañana así fuera por video llamada. -Buenas noches Camz, te amo- dijo para despedirse y yo no sabía que responder, claro que la amo pero no se si era lo correcto decirlo. -¿estás ahí?- preguntó por mi silencio

-si, lo siento. Hasta mañana- respondí - de acuerdo- escuché el completo silencio -Laur- dije en un tono bajo -dime- respondió, ¿qué? Pensaba que ya no estaba en la línea. -te amo- me atreví a responder y escuché su risa - hoy duermo mas que feliz-
-adiós Lauren- dije ignorando su ultimo comentario y colgué.

Mejor me iba a dormir por que si seguía pensando en ella comenzaría a llorar.

Lamentablemente el gustito en mi cama duró muy poco a las cinco de la mañana sonó la alarma, deseaba con todas mis fuerzas quedarme en la cama por el resto del día. Con mucha pereza estiré mi brazo derecho para llegar hasta mesa de noche donde estaba el molestoso aparato pero cuando trate de ir mas allá sentí un gran peso en mi otro brazo que no dejaba que me moviera. Miré a mi lado y mi cama estaba llena, anoche recuerdo haberme acostado sola en esta cama y ahora estaba acompañada de Mateo y su dinosaurio de peluche, sonreí al verlo, siempre me hacía lo mismo. Lo acostaba en su cama y en plena madrugada entraba a mi cuarto en completo silencio para que yo no me diera cuenta y lo llevara de vuelta a su habitación.

Como pude, sin despertarlo, salí de la cama directo al baño. Luego de darme un rico baño y prepararme comencé la difícil tarea. Volví a la cama y mi hijo seguía profundamente dormido, era cuando único estaba tranquilo. - bebé- besé su mejilla - es hora de despertar, hoy vamos a la escuela- volví a besar su mejilla y acaricié tu cabello negro. El comenzó a abrir sus ojitos verdes -buenos días mi amor- y el me regaló su hermosa sonrisita que hizo que se le marcaran sus hoyuelos. Tomé sus manos e hice que se sentara, el seguía estrujando sus ojos por el sueño -vamos al baño campeón- lo alcé en mis brazos y me metí al baño con el y con su dinosaurio -¿crees que puedas quedarte de pie aquí?- pregunté riendo por que estaba prácticamente desmayado en mis brazos, el asintió con sus ojos cerrados lo que me hizo reír. Lo puse de pie encima de una silla que tenía en el baño para que ellos se lavaran los dientes -iré a despertar a tus hermanas, lávate bien los dientes, ya vuelvo- besé su frente y salí a toda prisa para el cuarto de mis princesas.

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