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El tacto es suave y la superficie blanda.

Mi cabeza se apoya en algo que parece ser un manojo de plumas que me acarician el cuerpo y las percibo muy placenteras.

Dejo que mi peso recaiga y me acomodo boca arriba, con los brazos extendidos y las piernas relajadas pero sin abrir los ojos.

No lo necesito...

Es deliciosa la sensación.

Quiero seguir así.

Pero una corriente de frío irrumpe en mi interior, logrando hacerme dudar sobre lo que pienso de seguir dormida...

Hasta que un rugido me obliga a despertar y me incorporo de un salto.

Miro a mi alrededor y descubro que voy rodeada por árboles, oscuridad y hojas en el suelo donde he estado dormida.

No es mi habitación... 

¿Cómo llegué hasta aquí?

¿Qué fue lo último que viví antes de caer dormida?

El ático.

Zach.

La serpiente en su mano...

Miro alrededor y no encuentro de dónde ha venido el terrible rugido que me despertó.

Hasta que encuentro dos gemas brillantes en la oscuridad y el rugido vuelve a confirmarme que no estoy sola ahí.

Me hago hacia atrás logrando apoyarme contra una roca enorme a mis espaldas, cual me obtura el camino para salir corriendo en caso de que las cosas se compliquen...

Dicho y hecho.

El par de ojos que brillan, se desprenden del montón de árboles y avanzan unos pocos pasos hasta que sus fauces y colmillos me aventuran de qué se trata.

Un lobo de pelaje gris oscuro en el lomo y blanco en su parte inferior, se devela y el corazón me da un sacudón que me golpea en el pecho.

Nunca temí tanto por mi vida.

El animal se acerca y sigue rugiendo.

De espaldas contra la roca, hago mis manos hacia atrás para aferrarme y buscar una escapatoria, sin embargo mis manos no encuentran nada y me doy la vuelta.

Ya no está la piedra enorme.

Sino Theo quien me toma por las muñecas y me obliga a girar.

-No te acerques a mí...

Ahora quita una de sus manos y la conduce hasta mi cuello donde cierra sus dedos sin dejarme respirar.

Sólo hay lágrimas que me empapan los ojos.

Pero pestañeo y quien tengo delante, esta vez, ya no es Theo sino Charlie quien clava sus ojos verdes como el musgo, en los míos temerosos y dice:

-Puedo herirte más que nadie.

Y el lobo salta para atacarme.



-¡¡¡...No!!!

Me despierto sobresaltada y con el corazón en un puño.

Mis sentidos en ese instante, se adaptan al nuevo espacio donde estoy. O mejor dicho, las sensaciones se imponen, obligándome a aclimatarme:

Música a alto volumen.

Olor a alcohol, tabaco y marihuana.

Y un ligero aroma a menta.

Mis manos se cierran sobre las sábanas de la cama donde estoy  y me sorprende lo grande y cómoda que es. Aunque desarreglada: el cubrecama violeta me cubre las piernas y las mantas blancas se vuelven deliciosas al tacto.

BAD BOYS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora