EXTRA: Capítulo -2

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Así es la Ley del Tesoro: Cuanto más lindo, más bruto es el Teodoro.

¿Por qué sucede que los chicos más lindos, son también los más problemáticos? Y, en la mayoría de los casos, unos auténticos imbéciles.

Le he atrapado entre clases observando a la nueva, una chica curvilínea con gesto de mosquita muerta y todas las intenciones de tirárselo a mi chico, ¿es que se piensa que no me he dado cuenta ya de cómo le ha estado buscando? No he nacido ayer.

No suelo dar apoyo al asunto de que las chicas peleemos entre nosotras, entre mujeres no está bueno eso, bah, no está bueno directamente independientemente el género, pero a mí me divierte, ¿por qué eres así?

Me gustan los problemas, son un imán, antes venían a mí y yo me preguntaba por qué me pasaba esto, ahora he aprendido que si yo no voy a ellos, los cabrones me pillarán desprevenida.

Cuando me levanto para comenzar el día, salgo de la habitación que comparto con mi hermana, Rebecca y paso hasta la habitación de Theo. Aun nadie se ha levantado, los chicos suelen llegar tarde a clases.

(Sí, en esta casa vivimos con algunos amigos ya que nuestros padres nos encerraron aquí como si fuese un castigo, aunque no hay nada mejor que el poder organizar fiestas todititas las noches.)

Una vez dentro del cuarto de Theo, hago algo que él detesta: entrar sin golpear. Desde ya que la puerta estaba sin seguro así que la tentación es imposible de vencer una vez que giro la manija y entro bajo mi propio riesgo.

Ahí está, tirado en la cama con una manta cubriéndolo apenas en los pies, acostado boca arriba en bóxers con una magnífica erección matutina mientras la ventana abierta deja entrar algunos rayos de sol de la mañana en compañía de la brisa que sacude apenas las cortinas.

Junto la puerta a mi espalda y me acerco a su cama observando mi reflejo en el espejo. Me acomodo un poco la mata de cabello verde hacia atrás y deslizo una de mis manos bajo la tela de su ropa interior.

Termino por bajarle los calzoncillos lo suficiente mientras su respiración sigue acompañando profundamente su sueño.

Y una vez consigo liberar su maravilloso mástil, me relamo. Es una cosa...elocuente, magníficamente colosal, extravagante y animal.

Rosadita, hinchada, con las venas a los costados de su cuerpo cavernosos deliciosamente marcadas.

La tomo en mis manos notando que comienza a sentir lo que sucede y se despierta, pero rápidamente le doy un lametazo a su verga que va desde la base hasta la cabeza mientras sus ojos entrecerrados me observan y un tenso jadeo sale desde su garganta.

—O...Oh...

Lo presiono y una gota de humedad brilla en la punta. La lamo con un ansia infinita como si eso pudiese tener la posibilidad de calmar la sed que me despierta verlo de esta manera. Es fabuloso.

Entonces me la meto a la boca, hasta la mitad o un poco menos que es lo que puedo llegar a dar, cuando él me sujeta de la cabeza y me empuja la verga hasta la garganta, dejándome completamente ahogada metiéndomela y sacándomela de la boca.

—Mierda—farfulla él, presa de la satisfacción—: Oh, mier...da... Sí...

Y más.

Más.

Lo sigo chupando embebiéndome de su néctar magnífico, acariciando con mis manos su abdomen, la tinta en su piel, las letras chinas que solo yo sé lo que significan... la frase escrita "¿De qué lado estás?" y mi posición firme de saber que estoy de su lado. Y del de nadie más...



Me abrazo a la cintura de Theo mientras arranca su motocicleta y se echa a andar en dirección a la escuela. No hace mucho hemos cumplido los dieciocho años, pero ya estamos en la última instancia de nuestra escolaridad camino a la graduación.

BAD BOYS #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora