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Decir que Blas había estado confundido todo el último mes y medio desde su confesión sería quedarse corto. De hecho, había estado luchando severamente con lo que había pasado y eso lo hacía sentir terrible. Quería desesperadamente regresar todo a como estaba para mantener las cosas consistentes para Malena y, sin embargo, ¿Cómo podía hacerlo cuando sabía que ella lo miraba con emociones tan intensas? Aún así, él lo había intentado y se había esforzado al máximo para facilitarle las cosas. Le dio espacio, aunque ella le había rogado que no lo hiciera. Pero él sabía que su amiga lo necesitaba para aceptar el hecho de que se había confesado y no había obtenido la reacción con la que probablemente había estado fantaseando obtener.
También era espacio lo que Blas necesitaba. Necesitaba separarse un poco de ella para evaluarse a sí mismo y a sus propios sentimientos, porque nunca antes había pensado en su amiga de esa manera. Claro, había tenido algunas fantasías cuando ambos eran adolescentes y había considerado la idea de tener citas o tener sexo, pero nunca había vuelto a pasar desde ese entonces. Malena era su mejor amiga, nunca había mostrado interés en sus ojos y él había hecho lo mismo con ella. Sólo que ahora se sentía como un idiota, porque estaba equivocado. Estaba demasiado equivocado. Ella sí había mostrado interés en él, pero estaba demasiado ciego para verlo, demasiado contento con cómo era su relación como para ver qué podría haber sucedido. Ahora tenía que pensar mucho en todo, ¿Quería salir con ella?, ¿La amaba sólo como a una amiga, o podría verse enamorado de ella?, ¿Sería un buen novio para ella?, ¿Pero qué pasaría si todo salía mal?
Eran demasiadas preguntas, demasiadas preocupaciones y muy pocas respuestas por encontrar. Tenía miedo, porque estaba realmente aterrorizado de lastimarla aún más. Le hacía sentir enfermo el saber que había fracasado tan estrepitosamente en su trabajo como mejor amigo. Se suponía que debía apoyarla y consolarla durante el dolor de la angustia, no ser el motivo de aquello. Pero había cometido un error y ahora no sabía qué hacer, sin mencionar sus intactos sentimientos por Sofía, cosa que era un tema completamente diferente. Es por eso que había organizado esa noche con los chicos en su casa, con la esperanza que pudieran ayudarlo y darle algunos consejos. A pesar de que prefería morir antes que hablar de sus sentimientos con alguien más que no fuera Malena, sabía que tenía que hacerlo. Era algo necesario, porque estaba demasiado cerca de todo y tenía miedo de tomar la decisión equivocada.
"A ver, dejame ver si lo entiendo. Por fin te enteraste de que Male gusta de vos, ¿Y estuviste ignorándola durante el último mes y medio?, ¿Y ni siquiera lo sabíamos?" Pregunta Francisco. La confusión es evidente, tanto en su tono de voz como en su rostro. Santiago asiente a su lado, mechones de pelo rubio caen sobre sus ojos mientras mira Blas. Aquellas preguntas hacen que él se retuerza ligeramente, moviéndose en su asiento mientras sus dedos juegan con la lata de cerveza frente a él.
