ㅤㅤㅤ𝟬𝟮𝟲. 𝘢𝘯𝘥𝘺 𝘱𝘳𝘶𝘴𝘴

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"𝘧𝘰𝘳𝘨𝘦𝘵𝘧𝘶𝘭"

"𝘧𝘰𝘳𝘨𝘦𝘵𝘧𝘶𝘭"

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Los "perdón" y los "lo olvidé" comienzan a  convertirse lentamente en parte de sus conversaciones diarias.

Esta noche era la noche que Constanza había estado esperando por mucho tiempo, la noche en la que finalmente presentaría a Andy, su pareja, a sus padres durante una cena cuidadosamente planeada. 

Para su alivio, todo había salido bastante bien y ambos mayores lo adoraban. Sin embargo, y a pesar del éxito exterior del evento, un sentimiento de frustración comenzaba a burbujear profundamente dentro de ella. La razón de dicha agitación interna se debía a múltiples factores: en primer lugar, había llegado tarde a la cena, lo cual era un problema en sí mismo. Pero lo que había añadido más leña al fuego fue que su propia tardanza había sido el resultado directo de que Andy se olvidara de aquel evento por completo. Y no se trataba simplemente de llegar tarde, era algo mucho más profundo que eso. 

Ella había hecho todo lo posible para asegurarse de que el castaño lo recordara; dejando notas adhesivas en la heladera y configurando varios recordatorios en el calendario de su teléfono, pero todo eso había sido en vano. 

Al principio, el olvido de Andy era casi entrañable: desde olvidar el lugar donde había dejado sus llaves o el nombre de la película que ambos habían visto el fin de semana pasado. Pero con el tiempo, esta tendencia se había filtrado en aspectos más amplios de su relación, lo que había causado que él comience a faltar a fechas o citas importantes, momentos que a Constanza le importaban mucho. Pareciera como si constantemente ella tuviera que darle un respiro y reprogramar todos sus planes, siguiendo por escuchar sus múltiples lamentos.  

Pero de alguna manera, su pareja siempre sabía cómo compensarla: colmándola de besos y dulces gestos, haciendo planes increíbles para compensar otro día, o incluso demostrando su amor físicamente de maneras que la dejaban mareada e incapaz de permanecer con buena postura días después. 

Pero esta vez se sintió diferente. Esta vez era como si su disculpa fuera más una ocurrencia tardía que un acto genuino de remordimiento. Se sentía como si simplemente no le importara, como si todas sus frustraciones fueran completamente intrascendentes para él.

Antes de emprender su viaje hacia dicha cena, la situación realmente había logrado volverla loca. Palabras acaloradas habían sido intercambiadas entre ambos a la velocidad de un rayo, con sus dientes apretados y sus ojos entrecerrados. La actitud defensiva del castaño hacía evidente que simplemente creía que otra rápida disculpa sería suficiente para barrer su negligencia debajo de la alfombra. Y por mucho que Constanza había tratado de reprimirlo durante la noche, la frustración eventualmente había logrado apoderarse de su comportamiento generalmente iluminado por el sol.

𝔩𝔰𝔡𝔩𝔫. 𝙤𝙣𝙚 𝙨𝙝𝙤𝙩𝙨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora