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Una sonrisa apareció en los labios de Juliana mientras la ansiedad se instalaba en su pecho. Matías le devolvió la mirada con una gran sonrisa en su rostro. Ella se hizo a un lado mientras le hacía un gesto, indicándole que entrara a su departamento. El castaño se acercó a la mesa en el centro de la sala y dejó la bolsa de comida que había tenido entre sus manos todo este tiempo. Ninguno de los dos había dicho una palabra todavía, ninguno de los dos sabía qué decir. Ella se volteó para mirarlo y lo observó mientras se sacaba la campera que traía puesta.
"Dame que te la guardo."
"No, está bien. Yo lo hago." Matías le dijo mientras pasaba junto a ella, dirigiéndose al pequeño perchero cerca de la puerta de entrada.
Cuando él se dio la vuelta, ambos se quedaron mirando por un momento. Él se fijó en su apariencia, la camiseta corta que cubría su pecho y los pantalones deportivos que cubrían sus piernas. Sonrió internamente cuando notó que la pelirrubia estaba usando joggers, un elemento bastante común en ella. Matías también llevaba unos pantalones deportivos, algo que había comprado después de notar que la pelirrubia solía usarlos.
"Entonces..." Aquel encuentro parecía ser mucho más incómodo de lo que los dos habían anticipado.
"Comamos primero." Él dijo mientras caminaba hacia la mesa y Juliana asintió mientras lo miraba. Eso fue mucho más doloroso de lo que pensaba. El crujido de la bolsa de papel la sacó de su mirada en blanco. Ambos empezaron a comer en silencio por un rato antes de que Matías fuera el primero en tomar la palabra.
"¿Cómo te está yendo en la universidad?" Él pregunta mientras agarra otro bocado de arroz y lo lleva hacia su boca.
"Bien, bastante ocupada con los finales que se acercan." La menor sonríe mientras toma su propio bocado. Estos fueron los pequeños momentos que ambos dejaron que se perdieran, conversaciones informales sobre cualquier cosa.
"¿Finales? Pensé que todavía faltaba un montón para eso." Juliana asiente, haciendo un movimiento con la cabeza mientras masticaba. Matías sonrió mientras la miraba, tratando de no ser demasiado obvio. "¿Te interrumpí?"
"No, no. Igual ya estaba necesitando un descanso de todo. Estudiar durante mucho tiempo me fríe el cerebro." Su corazón se aceleró cuando ella lo miró, sus ojos amables y una sonrisa en sus labios. Dios, él extrañaba mucho sus labios. Ni siquiera tuvo que tocarlos para saber que estaban suaves. "¿Y vos?"
"Eh...sí. Yo también estuve bien." ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ El castaño inhaló nuevamente del porro que tenía entre sus dedos, reteniendo el humo en lo profundo de sus pulmones. Se lo tendió a Enzo para que este lo agarrara, y este lo tomó con mucho gusto. Matías casi había olvidado lo que se sentía estar drogado. Era algo que no le gustaba para nada a Juliana así que renunció a todo eso cuando los dos comenzaron a verse. Ni siquiera se había dado cuenta de que se había detenido hasta que llegó esa noche.
