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Son las nueve y Florencia llevaba una hora mirando la televisión sin registrar nada. El abrigo de Juan todavía estaba en su regazo, amontonado entre sus dedos. Él había dicho mañana por la noche. Lo cual era en ese mismo momento. Sin embargo, no hay una hora indicada. La noche técnicamente indicaría antes de las doce porque después de la medianoche se considera mañana. Pero no todo el mundo lo piensa así. Lo que significaría tal vez en mitad de la noche. ¿Pero quién aparece así como si nada a esa hora?, ¿Por qué siquiera estaba sacando conclusiones precipitadas? Podría tocar, pedir su abrigo y marcharse. ¿Por qué ella suponía que se quedaría?
Sin embargo, patéticamente Florencia quiere que se quede. Quiere tener sexo con él, para ser franca. Aunque se conformaría con besarlo. El castaño hacía que su cabeza zumbe y sus pensamientos se confundan. Apenas lo conoce, pero lo único en lo que puede pensar es en treparlo como a un árbol. Este pensamiento circular ocurre durante otra hora hasta que a las diez de la noche alguien llama a su puerta. Saltando, se recupera, cuenta hasta tres y luego abre la puerta, como si no hubiera estado durante una hora esperándolo en una absoluta agonía.
Él ahí está, parado frente a ella, en el pasillo de su edificio de departamentos.
"Hola." La pelirrubia dice sin aliento.
Vestía lo mismo de siempre, pero esta vez lucía ligeramente más arreglado. Juan usa un par de jeans azules oscuro junto con un cinturón negro grueso, un fuerte contraste con su remera blanca que parece casualmente puesta en el último segundo. La tela es fina, ligeramente brillante y tiene algunas partes arrugadas. La parte superior de su pecho está expuesta, la remera hundiéndose para mostrar su piel bronceada y un collar de plata con un colgante que lo adorna. En la tenue iluminación del pasillo, puede ver el brillo de sus ojos. Al verlo, Florencia siente como si alguien la hubiera golpeado en la cabeza con algo gigante o algún objeto ridículo. Esperaba lucir casual, como si no hubiera pensado en que él viniera, lo que significa que solo está usando pantalones deportivos y una camisa. Por supuesto, lleva puesto su sostén y su ropa interior más linda. Sólo por si acaso.
El labio superior de Juan se curva ligeramente, evitando una sonrisa mientras comienza a hablar.
"Hola. No es muy tarde, ¿no? Tuve que salir más temprano y se me complicó un poco."
El castaño lucía algo preocupado, cosa que en cierto punto le causaba un poco de gracia. Él podría haber simplemente aparecido a las cuatro de la mañana y a ella ni siquiera le habría importado.
"No, está bien. ¿Querés pasar?"
Florencia realmente espera que lo haga, pero le preocupa que opte por pedir rápidamente su abrigo y marcharse. Para su alivio, Juan asiente y entra. Cuando él no está mirando, exhala lentamente en un intento patético de controlar sus emociones. El castaño la sigue hasta la sala, donde Florencia le ofrece algo de beber. El lugar donde ella vive es bastante pequeño, lo que le permite tener una vista perfecta de él, incluso estando en la cocina.
