Su único gran crimen fue nacer y no ser elegida para vivir.
Alana fue expulsada del Arca al haber nacido minutos después de su hermano mellizo. Siendo una bebé, nadie esperaba que sobreviviera a la inhabitable Tierra, el cruel castigo pasaría desap...
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Octavia le pidió verse para repasar el plan de guerra, y ahora Coriane estaba alistándose para partir a la reunión. Su propio plan de guerra jugando en su mente una y otra vez.
Tres suaves toques en su puerta desviaron su atención, murmuró un simple "pase" y esperó hasta que la puerta se cerrara para voltearse y ver quién había entrado.
Aren le dio una media sonrisa nerviosa, y Coriane se dio la vuelta por completo para ver a su amigo.
—¿Esta todo bien? —cuestionó con las cejas un poco alzadas, preocupada por su expresión sospechosa.
—Sí, sí todo está bien, dentro de lo que cabe, por supuesto —rio nervioso, y Coriane frunció el ceño, extrañada con la inusual actitud del hombre.
—Aren, ¿qué pasa? —los ojos azules de su amigo pararon por fin en los suyos, y en ellos vio una vergüenza que nunca antes había visto presente en ellos, a Coriane le preocupó más lo que sucedía, y se acercó al muchacho para estar más cerca.
—Coriane yo... lo siento. En verdad, no sabes cuánto lo siento —ahora su mueca fue de pura estupefacción, y tuvo que hacerse un poco para atrás de la sorpresa por aquellas palabras.
—¿De qué lo sientes? ¿Hay algo que yo no sepa? —rio incrédula.
—No, no, es solo que... desde que volvimos... —suspiró un poco derrotado, y por fin Coriane entendió de lo que todo esto se trataba.
—Nada ha sido fácil, nada ha sido igual, lo sé —suspiró, con una pequeña sonrisa tranquila que mostraba que ella también lo había pensado ya—. Es normal, tú estuviste en el espacio, por seis años, y yo estuve dormida, o bueno, semi dormida, en un lugar completamente distinto. Ha pasado mucho tiempo, y muchas cosas, es normal que todo haya cambie.
—Lo sé, pero esto... todo lo que ha pasado... no somos nosotros, Ann. Lo vi hace rato, cuando todos estuvimos aquí, vi como te decepcionabas de que no pude entender lo que estaba pasando, y peor aún, que creías que no estaba de tu lado.
Ante aquellas palabras, que no estaban para nada alejadas de la realidad, Coriane no pudo evitar tragar un poco de saliva y desviar la mirada por tan solo un segundo.
Muchas cosas habían cambiado, pero no lo bien que Aren podía leerla, al parecer.
—Eso ya quedó atrás, estamos bien.
—No, no para mi. Hay una sola promesa que me he hecho a mi mismo toda mi vida y es estar siempre a tu lado sin importar qué, así que... si quieres incendiar el mundo, hazlo, estaré junto a ti, solo... nunca, jamás, pienses que dudo de ti, o que no confío en ti, ¿okey?
