O N C E . T R E S

785 101 4
                                    

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

El sueño ligero no era algo en lo que Coriane triunfara. Siempre había algo en su mente que la perturbaba, algo que hacia que sus defensas, incluso en sueños, no descansaran jamás. Últimamente, sobre todo, el sueño era tan solo un espectro, una ojeada que la mantenía con energías para seguir adelante. Jamás lograba estar 100% dormida, descansar completamente. Es por eso que, cuando Odeya llegó a despertarla de la nada, bastaron unas pocas zarandeadas para traerla a la realidad.

—¡Ann, corre, levántate, tienes que correr!

De repente esas defensas que jamás descansaban se dispararon por los cielos. Se levantó de un salto y trató de agarrarse a lo primero que encontró para lograr conectarse con la realidad. Lo primero siendo Odeya, quien al mismo tiempo estaba jalándola con todas sus fuerzas en un intento de moverla.

—¡Ann! —pedía la muchacha desesperada.

—Deya ¿qué...?

Antes de que pudiera completar su pregunta, la muchacha fue abruptamente separada de ella por otra persona, Coriane no tuvo ni tiempo de pestañear cuando simultáneamente un cuchillo vino a parar en el cuello de la rubia, dejándola completamente inmóvil. Cuando se percató de quien sostenía el arma, sus ojos se abrieron de par en par.

—Isaac...Isaac qué demonios estas haciendo.

—¡Ann corre por favor! —rogaba la rubia mientras lloraba, aferrándose al brazo de su hermano que la sostenía.

Coriane no lo entendía, ¿dónde estaban Aren, Jensen e Isadora? Los busco desesperadamente a su alrededor, pero se encontró nada más con la profundidad de un bosque nocturno y una fogata apagada. Sin rastro alguno de sus amigos. Puso los dedos en su boca, lista para silbar, pero Isaac detuvo el movimiento presionando más el cuchillo sobre la garganta de Odeya. Un pequeño hilo rojo de sangre le resbaló mientras la muchacha lloraba y apretaba los dientes por el dolor.

—Yo no haría eso, querida Coriane, si despiertas al bosque, la mandas a dormir.

De repente todo hizo click. Los ojos perdidos de Isaac, la amenaza contra su propia hermana...

—Alie...

Había llegado hasta ellos, seguramente durante su estancia en el clan de Luna. Isaac ahora estaba infectado con aquella maldita parasitó. Y viéndolo amenazando a Odeya, miles de terribles escenarios se le pasaron por la cabeza.

—¿Qué hiciste con Isaac? ¿Dónde están los demás? Escúchame bien, más te vale no haber...

Se le cortaron las palabras al sentir el filo frío del cuchillo sobre su garganta.

—Tranquila, todos están bien. Mejor que nunca, de hecho —la voz de Aren le retumbó por el cuerpo entero, erizándole la piel.

—¿Aren?

𝓣𝓮𝓻𝓻𝓪 ↬ b. blakeWhere stories live. Discover now