T R E S . T R E S

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—¿Cómo te sientes, querida? —Melisandre se acercó a ella al momento de bajar de su caballo blanco y caminar con gracia hacia ella, depositando dos besos uno en cada mejilla de la muchacha.

—Tan bien como podría sentirme ahora, Melisa, pero eso no es lo que importa aquí —sonrió levemente, o al menos trato de hacerlo.

Melisandre no necesitó más palabras para saber que Coriane no iba a hablar, por lo que simplemente se limitó a sonreír también y asentir, continuando su camino hacia el interior de la torre con sus Seguidores y Guardianes detrás de ella.

Coriane vio a su mentora mientras caminaba lejos de ella, admirando la presencia que la Aqua imponía con cada paso que daba. Cuando Melisandre y compañía desaparecieron de su vista, se volteó a ver a su propia compañía. Todos venían vestidos con colores verdosos y opacos, hojas hermosas como decoraciones y adornos, y la miraban con sonrisas comprensivas y listas, Odeya y Krista dieron un paso al frente hasta estar solamente unos centímetros detrás de ella, mientras Aren y Jensen seguían un paso atrás.

—¿Listos? Isaac se está poniendo insoportable diciendo que Lexa está insoportable —suspiró Isadora rodando los ojos, llegando al lugar en el que la Terra y compañía aún estaban parados.

Coriane miró a la mujer y en sus ojos vio el apoyo y la lealtad que quemaba tan fuerte como la flama del Fuego Eterno detrás de la mirada hazel. Sabía que sin palabras, Isadora le estaba diciendo que en caso de estar lista, la acompañaría y en caso de no estarlo, correría lo más lejos posible con ella y no miraría un segundo atrás. Todos lo estaban haciendo, con cada aliento contenido que esperaba pacientemente su respuesta.
Sonrió y asintió con la cabeza tratando de no dejar salir ese suspiro que estaba presionándole los pulmones.

—Andando.

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Lo suficientemente cerca del círculo de ceremonia para estar a la vista de todo aquel que estuviese mirando, pero también, lo suficientemente apartados de todos para distinguir el estatus que sostenían ante la población, los tres Elementa se encontraban observando la ceremonia de unión en un silencio crítico, calculador.

En esta ocasión, la compañía de Astrid, Søren y Naga representaban el poder de Coriane sobre la Tierra.

—Esto cambiará todo —habló Dominico a su lado izquierdo.

Nadie escucharía cuáles fueran las palabras que los elementos intercambiasen entre sí, no solo por la distancia relativa que tenían de todos los demás, sino también por el hecho de que nadie en aquella sala se atrevería a escucharlos, nadie se atrevería a levantar el oído más de la cuenta y espiar en la conversación de sus Elementa.

𝓣𝓮𝓻𝓻𝓪 ↬ b. blakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora