C I N C O . C I N C O

403 43 1
                                    

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯

—Tenemos que hablar —Bellamy se acercó a ella mientras preparaba sus cosas.

Hace tan solo unos minutos que Octavia había estado ahí, hablándole de su plan, y Coriane —después de una larga, larga discusión con sus hermanos—, accedió a acompañarla a reclamar el Valle. Honestamente, le importaba una mierda esa tal general Diyoza, o el plan que Octavia tuviera para derrotarla. Al fin y al cabo, cuando pisará ese Valle y recuperará más de su energía, ella y Dominico serían lo suficientemente fuertes para hacer otro Valle. Lo único que tenía en mente, su único objetivo, era descubrir si sus animales, cualquiera de ellos, seguían con vida.

Un nudo en su garganta estaba constantemente presente cada que se volteaba para buscar a Astrid pero no la encontraba por ninguna parte, al ver luces en la noche y pensar que eran los ojos de Roscoe quien se acercaba para acurrucarse con ella, y decepcionarse al recordar que él tampoco estaba ahí, e incluso, al sentir pequeñas ráfagas de aire, se giraba al cielo y buscaba esperanzada a Orzen, y por supuesto; sus esperanzas terminaban siempre siendo aplastadas.

—Sí, definitivamente tenemos que hablar —suspiró dándose la vuelta para mirar al hombre a los ojos.

—Bien, porque tengo algo que-

—Pero ahora tengo que empacar —Coriane lo detuvo colocando sus manos en las mejillas de Bellamy, y este frunció el ceño como si apenas se diera cuenta de la maleta detrás de Coriane.

—¿También iras?

—Sí, tengo que ir.

—Coriane, no creo que-

—Bell, ni siquiera intentes detenerme, Aren y Isaac y Jensen y Adriel y Dominico e Isa y Odeya e incluso mis padres ya lo intentaron todo, y a todos les dije lo mismo; voy a ir. Digan lo que digan. Tengo que... —las palabras se quedaron atoradas en su garganta, la fatal posibilidad de estar haciendo aquel viaje por nada martillando su pecho.

—Tienes que encontrarlos —Bellamy entendió, instantáneamente, lo cual hizo sonreír a Coriane y asentir, tragándose las lágrimas y el nudo en su garganta.

—Exacto. Si esa perra tiene el Valle, ellos no podrán salir a buscarme, seguramente están escondidos para no ser vistos, así que tengo que ir por ellos.

Hablar como si estuvieran con vida todavía era mejor que aceptar las infinitas posibilidades que no lo estuvieran. Acababa de salir de una crisis al pensar que había perdido a Bellamy a Aren y a Isadora, no iba a entrar en otra pensando que todos sus animales habían muerto. La Tierra nunca era así de cruel, siempre perdonaba a los animales, a sus hijos favoritos. Así que Coriane decidió creer, en vez de derrumbarse con el peso de las probabilidades.

—Está bien —le sorprendió lo fácil que fue convencerlo, pero se alegró de tener una pelea menos—. Pero no vas a alejarte de mi, ¿entendido? Nunca más, Coriane. Nunca más voy a dejarte ir.

𝓣𝓮𝓻𝓻𝓪 ↬ b. blakeWhere stories live. Discover now